¡Otro relato mas! ...Espero que sea de tu agrado.















“Corto  en  relatos”








“¡Situaciones inexplicables!”













“Es mi  hijo”






Fulgencio me hablaba y en ocasiones lo hacía con muy breves monosílabas. Otras con las diversas expresiones que de su rostro aunado a sus gestos con las manos y cuerpo me hacía.
Es todo un caso, digno de evaluación.
En esta ocasión, no me atrevía a interrumpirlo con mis inquietantes preguntas      -pues ya sabía que él no deseaba rememorar los hechos que arrojaron como resultado fatal, el vil asesinato de su hijo. Muy lamentable por supuesto.-    Lo notaba muy inquieto.
Su mente arrojaba los extravíos en el que se debatía.
(Muy agitado, lo estaba contemplando.)
- Mi hijo, el que ya no encuentra entre nosotros…Era muy apegado a su hijito, de apenas ¡Un año de vida!
Mantenía en sus conversaciones… - Volvió a caer en ese mutismo en el que se hunde en sus vivencias.
Entendí, que era preciso callar. Y eso hice.
Volví mi rostro ante un ruido instantáneo que produjo el frenético frenazo de un carro distante de nosotros a unos cuantos metros de donde nos encontrábamos.
Me entretuve poniéndole atención   -Y no porque me interesara, sino para darle el tiempo necesario a que ese padre, se recuperara-    Pasaron varios minutos y ya para mi sorpresa, me di cuenta que ya el automovilista que había ocasionado ese chirrido horrendo ya no estaba por allí. Me di cuenta que me había ido, tal como lo hacía el amigo en cuestión.
- Mi hijito…No sé en dónde se encontrará…
- Si quieres podemos hablar de otra cosa. – Sugerí para hacer mas liviano el momento. Él me escuchó y me siguió mirando como si pudiese encontrar en mí, a su descendiente.
- ¿Qué será del revocatorio?
¡Me irrita este constante calor!
¿Qué podemos hacer para mantenernos bien…? – Me lanzó de sopetón esa interrogante. Me sorprendió esa salida suya y en el acto, procedí a captar todos mis conocimientos sobre ese hecho tan particular entre nosotros.
Pero cuando ya me disponía a entrar en el tema, ¡me quedé  “fuera de base”!  pues  de repente se había levantado de su asiento y mirando al cielo me dijo…
- Parece que va a llover. ¿Y qué pasará si esto sucede?
¡Bueno nos refrescará por unos instantes! ¿Y después?
…Vuelve ese calor tan abrasante.
- Así es. – Convine para ratificar lo dicho por él.
- Mi mujer está preocupada.
- ¿Si? – Le respondí en forma mecánica.
- Nos estamos quedando sin agua. Y me pregunto…
¿No es un exabrupto esto…? – Y sin esperar respuesta alguna, continuó así…
- Estamos sin agua y nos la está enviando el cielo.
Paradójico ¿Verdad? – Y se retiró, sin despedirse ni explicarse nada.
- …Pobrecito el señor. El asesinato de su hijo, no lo ha logrado superar… (-¡Ni lo superará! – Escuché claramente esa afirmación. Me volví para ver a mi interlocutor… ¡Pero no había nadie!)
Y fue tan claro todo esto, que me entró un frío temorcillo. De esos que…
Algo en mis adentros me afirmaba que había sido el finado   -al cual nunca conocí-   La soledad me embargaba en ese sitio, por lo que rápidamente me alejé…Me fui a otro sitio que fuese  concurrido.
- Debe ser muy horrendo perder a un hijo – Me dije a mi mismo. No lo podía aceptar.  







© Bernardo Enrique López Baltodano 2016









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