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“Corto en
relatos”
“¡Situaciones inexplicables!”
La situación está
muy delicada, hay que andar
con cuidado…
Estábamos en una esquina muy concurrida, cerca de la casa en donde
estoy viviendo, me encontraba con el vecino Elías y conversábamos sobre la
inflación y lo delicado que estaba la situación nacional.
Nuestra charla iba en completa paz, sin apasionamiento, ni en plan de beligerancia, cuando se repente
se apareció otro de los vecinos -el
cual, no estaba incluido en nuestra reunión-
y de la manera mas natural comenzó a criticar
en plan muy alterado diciéndonos…
- ¡Está situación se la debemos al difunto #//&%$#”@! –
Nosotros nos quedamos fuera de base, y mi interlocutor lo miró y como respuesta
le dijo…
- Chávez vive. – El hombre se puso rojo de la furia y moviendo sus
brazos en perfecto inconformismo le espetó…
- ¡Ese @$%&/?¡)=/&&! ¡Degenerado #$@!
…Y otras menudencias que mejor no repetirlas.
Nos quedamos callados. No supimos responderle. Y yo por mi parte,
ansié no haber estado allí. No comparto el fanatismo del paseante. No me gusta
lanzar esa cantidad de improperios. Pienso que no respetó que nosotros en
ningún momento nos estábamos dirigiendo a él.
¡Pero así hay muchísima gente!
Elías me miró de reojo, y como para buscarle mas la lengua, le
insinuó…
- No importa que anden desnudos, no importa que no coman, ¡lo que
importa es la revolución!
El mencionado lanzó al suelo un paquete que cargaba en sus manos y
lo pisoteó con toda la cólera posible, mientras gritando a viva voz nos
espetaba…
- ¡Esos son unos @#$%%%%&&&&! – Y sin esperar
respuesta alguna, se alejó pateando y lanzando todo tipo de maldiciones e
improperios.
Nos hemos quedado: ¡Con la boca abierta!
- Tan sólo estamos hablando de lo difícil que es la situación para
todos en este país… - Me dijo a manera de explicación. Entendí que en medio de
tanta indolencia, de tanta hambre y carencia
-como la estamos pasando todos en este país- en ocasiones es mejor…Mantenerse con la boca
calladita. Por si acaso, la vorágine está demasiado cerca…Y el fuego ya nos está
quemando.
© Bernardo Enrique López Baltodano 2016
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