...Otro relato nuevo.












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Mi acceso a mi cuenta (Blogs) por una u otra causa, se me ha hecho imposible. Tengo ya como una semana en que me han  incomunicado, y no sé decirles si es por problemas de esta época, o por el clima…
Lo cierto es que hasta hoy, he podido entrar.
A todos los que me siguen, saben muy bien que constantemente les he estado colocando alguno de mis manuscritos.
¡Gracias por la atención debida!  …Y no se olviden de mí.





 “Estamos en guerra invisible”






Estaba caminando bajo ese sol tan abrasivo y claudicante como el que sufrimos los que vivimos en esta ciudad llamada: Maracaibo, cuando se de repente veo a un amigo reciente.
Noto que él está muy meditabundo, con su cabeza gacha y me dio la terrible impresión de que se encontraba llorando.
Y eso fue lo que mas atrajo mi atención   -a decir verdad-   nunca lo he visto así y me sentí motivado a acercarme y hacerle compañía   -pues nunca sabemos cuándo nuestra presencia es necesaria o quizás una palabra a tiempo, no sé, pero decidí ir hacía él y  ¡me le acerqué!-    el caso es que estaba tan ensimismado, que nunca notó mi presencia   -y no quise interrumpirlo, tan solo me le puse a su lado para cuando "aterrizara" me viera que estaba a su lado-   así transcurrieron quizás unos diez minutos, ¡hasta que al fin, volvió en sí! 
Y con sorpresa, pegó un brinco y me miró tal como si yo mismo fuese “una aparición” y gritándome a manera de saludo, me expresó…
- ¡Bernardo! ¡Qué sorpresa, me asustaste muchacho! – Y luego mirando a todos lados me dijo, en secreto…
- ¿Cuándo llegaste? ¡Me asustaste, creí ver un fantasma!
- ¿Fantasma yo?
¿Tan horrible es mi presencia…?
Tengo mas o menos unos diez minutos, y no te quise interrumpir…Pero me llamó la atención el verte así, tan ensimismado y abstraído de la realidad.
…Y pensé… ”¡Este gran carajo se sacó el premio gordo de la lotería…!”
Y ahora no haya ¿qué hacer con tanto dinero…? 
Así que me acerqué…Para ver “si algo me cae a mí también…” – El hombre se me quedó mirando, pero ni siquiera una sonrisa le logré sacar…
Y eso me preocupó, así que insistí…
- Perdona mi indiscreción… ¿Pero tienes algún problema…?
¿O de “revolucionario” (frustrado.) que eres…Recuperaste la sindéresis y te pasaste a nuestro bando: “los escuálidos”? – Le pregunté muy extrañado ya que sé, que es  o era   -aún no lo sé-   partidario de tan nefasto gobierno.
Pero cosa extraña, y digo “extraña” porque anteriormente nos hubiéramos “encarnados” en una lucha sin cuartel…Pero en esta ocasión, simplemente no fue así.
Mas bien, guardó silencio y   -por lo visto-   no le interesó el tema. (¡Qué extraño! Pensé.)
Tragó saliva y me invitó a que me sentara a su lado. Mientras insistía en mirar a todos lados.
- ¿Tienes algún “lío de faldas”? – Le dije para disipar la dureza de su rostro, pero él se sonrió y me hizo señas con las manos de que no era ese el tema.
Quise insistir, pero algo en mí, me indicó que era mejor guardar silencio, y que ya “verá”  él si me cuenta o no, lo que lo atormenta.
…Así que me dediqué a contemplar a la gente que por esos lados transitaban.
Muchos lo saludaban   -era muy conocido, ya que fue dueño de una bodega cercana…
Que ya no existe, ya que  él se hastió de eso.-   Él respondía los saludos, con mucho desgano.
De repente se me quedó mirando muy fijamente y me adelantó…
- Vos sabeís que yo soy divorciado. Y que mi ex y yo, nos pasamos en una guerra perenne.
¿Lo sabías…? – En realidad, en alguna conversación ya pasada, algo me relató, y me dijo que eran irreconciliables.
Ellos procrearon a tres hijos   -ya todos mayores-   pero que ella es muy guerrera   -y él también-
Son como “el agua y el vinagre”, pero bueno en alguna época se habrán entendido, por qué sino ¿Cómo pudieron tener tres hijos…?
¡Me imagino! que en alguna época se habrán “amado” y que por alguna razón “se les volteó la tortilla” y ahora lo que los separa es ese odio visceral que ambos cultivan a la perfección.
(Y que ni siquiera la presencia de sus tres retoños, lima esa aspereza.)
¡Misterios de esta vida!   -Me dije en esa ocasión-   pero ya pensaba que como vivían separados…Poco contacto tenían…Pensé…  
Pero por lo que le oí, en esta ocasión…Como que la revolución sigue vigente.
- Ayer me visitó “la mujer esa”   -la madre de mis hijos-   ¡Chico y comenzamos a hablar bien!   Pero como nosotros siempre hemos tenido “una culebra enrollada” entre nosotros
¡Pues salió a relucir!  ¡Y ya ni siquiera me recuerdo cómo fue que empezó la cuestión!
El caso es que ella empezó a maldecirme a mí, a mí Santa Madre   -muerta-   a mi Padre         -muerto también-   a todos mis hermanos y a toda mi familia en general. (¡Y se revolvieron todos mis apellidos!)
¡Yo también comencé a devolverle cada insulto! ¡Uno  a uno!   -No me le iba a quedar callado-   Y ya basta eso de que cada vez me esté echándole peste a mis muertos. (Son mis familiares… ¡Ya basta de ofensas chico!)
¡Yo también le hice lo mismo  con los de ella!
¡No me aguanté mas! ¡Nos ofendimos!
¡Nos sacamos la generación entera   -cada uno-   y eso no le gusta a nadie, menos a mí!
La cuestión se fue subiendo, el calor de esa confrontación, cuando de repente se aparecieron: Su madre, su padre y sus hermanos   -ya fallecidos-  ¡Un montón de sus muertos se me aparecieron amenazantes! (Algunos los conocía y otros ¡nunca los había visto, hasta ese momento!)
…A mí se me subió la tensión o se me bajó…
¡Me asusté al verlos! (¿Te imaginas eso…?)
¡Y todos ellos venían “en son de guerra”!
¡Venían a “envainarme”, a acabar conmigo!
Y yo me les eché para atrás…
¡Le llegué con mi espalda a la pared!
Y hasta llegué a pensar…
¡Estos muertos han venido a ejecutarme ya mismo!
…Yo pensé y le pedí a mis muertos: “¡Vengan a ayudarme! porque esa manada de espíritus me van a volver un “puré…”
(Y no precisamente de patatas.)
Y allí pegado contra la pared, me tenían acorralado. Vi cómo se me acercaban todos ellos con el odio reflejado en sus rostros       -sé que te costará creerme esto y hasta llegaras a pensar que me estoy volviendo loco…Pero ¡te juro que así pasó!-  Guardó silencio por unos instantes, sus ojos los tenía brotados, pude ver que se encontraba en shock emocional, y por eso preferí callar y esperar a que él mismo se tomara todo el tiempo que él considerara necesario, para continuar con tan horrendo relato, como en efecto hizo, después de carraspear y mirar nuevamente a todos lados, fijó toda su atención en mí y continuó….
- Pensarás que me estoy volviendo loco…
- De ninguna manera, sigue, sigue…
- ¡Ya me “tenían frito”! y ya consideraba que me iban a llevar con ellos, cuando oigo un escándalo detrás de mí y veo que todos mis atacantes comenzaron a quedarse quietos y a retroceder un paso y luego otro…
(Fue un momento de estresante terror… ¡Para mí!)
Y yo me pregunté: ¿Será que mis muertos estarán llegando?  (Cosa que me causó mucha aprehensión, en mí…)
O alguien está entrando… (¡Qué de suspenso mi hermano!)
Fueron momentos muy escalofriantes…
Pero si noté que todos se quedaron estáticos.
En el mismo sitio (y en el mismo momento, con los mismos personajes…), pero ya no me miraban…Miraban a varias direcciones…
¡Pero ¿Quiénes son los que han acudido en mi ayuda…? ¡Dios mío, esto es para locos!
Pensaba en medio de mi aprehensión…
…Y de repente… (Y esto luego de micro segundos de mucha expectación.)
¡Vi a mi Padre! Luego a mi madre, a mis tíos    -todos ya muertos-  ¡Ah, vinieron en mi auxilio!   -Me dije en medio de un instante de alegría súbita que me dio-   Mi padre me dijo…
“¡Quedate quieto hijo, aquí nadie te va a hacer ningún daño!”  (No me da vergüenza alguna, el tener que reconocértelo…Pero estuve a punto de…Hacerme de “chorrito” allí mismo.)
¡Gracias papi! –Le dije emocionado-  ¡No te lo niego! (¡Ni te imaginas la emoción que me embargaba!)
¡…El alma volvió a mi cuerpo! (Todo volvió a tranquilizarme.)
Ya me sentía protegido.
Y no te sé decir cuánto tiempo duró ese encuentro, en que uno a uno se retaban, pero se quedaron así: ¡Cómo si fuesen unas “estatuas”!  (¿Ah, ya se les acabó “su valentía” en venirme a desbaratarme…?)
Pero de repente…Mi Padre se abalanzó sobre “mi ex suegro” Y comenzó esa batalla campal.
No sé cómo podré explicártelo.
Pero de repente, la mata frondosa de mango que tengo en mi patio…Comenzó a moverse de un lado a otro. Y sin decirte ninguna “palabra falsa o exagerada”  vi, con estos mismos ojos con los que te estoy mirando, como se mecía de un lado a otro. (Esto es apoteósico.)
¡Parecía que se iba a arrancar de raíz!
Llegaba desde lo mas alto (Que son varios metros.) hasta el mismo suelo.
Con decirte, que partió la cerca que da con la calle  ¡de un solo trancazo! 
Y luego se volvió a izar y partió el techo de mi propia casa…
¡Hizo trizas el techo y las dos paredes de uno de mis cuartos!
Aquello fue un pandemónium.
…Yo corrí a guarecerme, ante esa pelea de gigantes…
Varias ramas  -de las mas grandes y que estaban arriba-    se partieron como “galleticas”  ¡Eso fue horroroso!
- ¿De verdad? – Le dije asombrado…
- ¿Quieres ver los desastres…?  Ahora mismo tengo a varios albañiles, arreglando todo ese desastre.
- Bueno, en verdad, es que me has dejado “en una sola pieza”
- Nadie me podrá explicar con exactitud lo que allí ocurrió.
¡…Pero mis muertos acudieron en mi ayuda!
Y de allí nadie me podrá sacar. ¿Y para muestras…? Allá está todo destruido.
¡Eso es un desastre ahora mismo!
- ¿…Y cómo finalizó todo…?
- No lo sé. Lo único que te puedo decir…
Es que de repente: ¡Todo se aquietó!
¡La paz volvió!
- ¿Y tú ex?
- La vi corriendo. ¡No sé cómo hizo, pero se saltó una cerca que mide mas de dos metros de alto!
¡Ella misma lo hizo!
El caso es que cuando ella escapó…Todo se calmó.
…Ojalá no vuelva nunca mas.
¿…Podrás creerme…? – Me dijo mientras con sus ojos me escrutaba de una forma salvaje.
- Domingo…Aunque es muy extraño todo, pero no tengo forma de negarme ante la evidencia de tus palabras…
- ¿Si quieres vamos a mi casa…?
- ¿Y para qué?
- Para que veas que no te miento.
- Con tu palabra me basta. – Él pareció no muy convencido y me seguía insistiendo a que lo acompañara…Pero en mi mente: Me decía ¿Y si se vuelven a aparecer los contrincantes…Y yo allí…? ¡Zape, bien lejos con eso!












© Bernardo Enrique López Baltodano 2015

Nota:
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