Justicia Divina...







“Niños de la calle”




¿Por qué tú Mi Gran Señor…
Permites a estos “niños de la calle”?
Que vienen a sufrir, a pasar hambre
y todo tipo de necesidades….
¿Ellos han sido creados para mancillarnos
a nosotros que nada hemos hecho?
Como testigos vivientes de nuestras inconmensurables bajezas,
como testigos no tan fieles de que hemos dejado ya de ser tus hijos, para transformarnos
en los corderos necesarios…
¿Cómo permites Mi Gran Señor…
A tanta gente insensata?
¿Acaso el sexo los domina?
Dejando su semilla por doquier…
Preñando a mujeres que solo sirven en la cama…
Mujeres que no se merecen mas que eso…
No son Madres. No son esposas.
¿…Entonces qué son…?
O a seres que en apariencia son…
Hombres.
¿No será mejor llamarlos…Bestias?
Animales sin sentido y sin razón de ser.
Que traen mas desgracias
a este sitio llamado: Tierra…
En el cual estamos el resto de tus hijos.
Los que fuimos Creados y Criados por ti.
¿Será esto lo que llaman “el libre albedrio”?
¿O será: pillaje, salvajismo, crimen, asesinato?
¿Por qué lo permites Mi Gran Señor?
Señor de los Ejércitos.
Rey de reyes.
Señor de los señores.
El Dos Único y verdadero.
Quítales ese poder que tienen para hacernos daño.
Tú que te apareces en el Antiguo Testamento
como un Padre Amoroso, celoso.
Sé Nuestro Gran Juez.
Ya está bueno de permitir toda esa vagabundería.
¡Quítales ese poder a todos
los que nos roban!
A los que engañan a sus pueblos,
lobos sangrientos que se disfrazan
de “mansas ovejitas”
y nos dicen: “Creemos en Dios”
“Cristo fue el primer socialista”
¿Hasta cuándo este suplicio?
¿Es que hay que inmolar a otro “Cordero de Dios”?
A cada instante nos matan.
Nos roban.
Nos quitan lo que tenemos.
Violan a nuestras mujeres.
Masacran. Mutilan.
Ponen a tus propios pueblos
a que se maten por “sus ideales”
A esos “niños de la calle”
que no es mas que el producto de una sociedad
ya cansada, malgastada y agotada.
Perdona todos nuestros inmensos pecados.
Perdona a cada hombre que creyéndose Dios,
trae al mundo a seres que vienen
 a  pasar el hambre pareja.
¡Insensatos! ¡Desgraciados!
¡Bestias andantes con formas de “hombres”!
¡Quítales ese  poder del sexo!
De ser “el sexo dominante”
Pero hazte sentir Mí Dios.
Hazte ver. Has sentir tu Presencia Única.
Pon orden en este mundo
tan caótico y desigual.
Quítales el poder al que tiene
el poder de hacer daño a su prójimo.
Y que tu Justicia Divina, sea Humana.
Mídelos con la misma vara con que mides al injusto, al pecador, al asesino, al ególatra, a tantos reyes crueles que masacran a su propio pueblo.
Te lo pido MI Gran Señor.
Dios del Universo.
Dios de dioses.
Apiádate de nosotros: ¡Tus hijos!










© Bernardo Enrique López Baltodano 2015

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