Te pido que lo leas bien...Es lo último de mis manuscritos.












“Algo debe estar pasando…”



- ¿Por qué todos se me acercan de una forma misteriosa…? – Pensé en el mismo momento en que se me están acercando todos mis familiares.
- Está mi hermana mayor, mis hermanas menores. Veo a mi esposa, mis hijos. ¡Pero falta mi hijo mayor!  Y los veo con caras muy angustiadas. ¿Qué estará pasando…?
¡Algo muy grave ha de ser…!
¿Pero qué…?
¿Algo debe estar pasando…? 
…Voy a poner atención… 
¡Me turba esto! Es intolerable… - Realmente se le están acercando. Tratan de ser cautos. No quieren espantarlo, pero es que anteriormente nunca se le habían presentado en esa forma, y el pobre que apenas se está despertando de dormir…Todavía está con el sopor de su descansado sueño, es apenas las siete de la mañana de un día soleado.
…Todo había estado a la perfección. ¡Hasta había dormido toda su noche perfecta! Y se encontraba muy descansado. ¡Feliz por ese nuevo día…Lleno de vida! -  …Pero…
Y todos sus familiares, vecinos y amigos  -los mas allegados se arremolinan al pie de su cama-  y eso lo ha puesto en alerta.
Pensando lo peor. Poco a poco comienzan a hablarle, cada quién desde su misma posición.
Le habla primero su hermana mayor…
- …Hermano hay que tener resignación… - Y pone cara de tragedia, y calla debido a que se le hace un nudo en la garganta…
El recién despierto de su sueño…Confirma su sospecha: ¡Algo debe estar pasando!
- ¡Mi hijo! – Grita desaforado (Refiriéndose a su hijo mayor  -que no está entre todos estos - pero ninguno de los presentes parece escucharle, entonces trata de levantarse de su lecho de sueño, pero ve que por todos lados lo mantienen rodeado.
Y es cuando se le hace evidente…
¡Todos están llorando a moco tendido!
…Y no lo entiende…Desesperado vuelve a gritar y en esta ocasión lo hace ya fuera de sí mismo…
- ¡Mi hijito! ¿Qué le ha pasado? ¡Díganmelo!
¡No quiero que me vengan con ese lloriqueo!
¿Le ha pasado algo? ¿Está herido? – Pero nadie le escucha y es cuando se desespera mas.
No puede aceptar que le estén negando esa información tan vital para él.
- ¡Algo muy malo le ha pasado!   …Y se niegan a confesármelo…Creen que me va a dar algo…
¿Y ahora cómo hago para salir de aquí? – Sigue cavilando en medio de todos sus familiares, los cuales en medio de tanto griterío y sollozo no lo dejan analizar nada.
- ¡Tan bueno que era él! – Grita una de sus hermanas menores.
- ¡Siempre fue un hombre dedicado a su familia, a su esposa a sus hijos! – Grita uno de sus mejores amigos…
¡Y le confirman su sospecha!
- ¡Claro! Mi hijo se murió…Y allí veo a su ahora viuda. Y la veo muy consternada.
¡Se murió mi hijo!   …Y por eso no me lo quieren decir… ¿Cómo hago para verlo?
- ¡Todos los días de su vida, lo consagró a su familia! – Gritó desesperado otro de los asistentes.
Intentó desesperadamente identificarlos a todos.
Vio a su propia esposa que era un mar de llanto, a sus hijos…
Ciertamente no estaba su hijo mayor…
Pero allí estaba su esposa  -la que ahora es su viuda-  pensó en la forma de ayudarla a partir de este momento.
Visualizó a toda su familia. Toda.
Todos sus vecinos, sus amigos mas cercanos  y no pudo ver mas porque ya su cuarto se le hizo muy pequeño.
Pero tanto llanto, tanto lamento lo alteraba profundamente… ¡Su cabeza estaba a punto de estallarle!
- ¡No! ¡No me martiricen mas! – Gritó desaforadamente, pero nadie le hacía caso.
Creyó conveniente salir de allí.
¡Pero era que no lo dejaban!
Todos estaban guindados a su cuerpo.
¿Cómo salir de allí…?
Y como pudo salió. Vio que pudo elevarse entre todos ellos.
Pero tenían taponada la puerta de su cuarto.
Con asombro se vio elevado, casi rozaba su propio techo.
- ¿Y ahora como salgo…? – Vio una rendija…Por encima de la cabeza de todos ellos. ¿Pero podía hacerlo?
- Lo voy a intentar. – Y se colocó en forma horizontal…Y probó.
Y poco a poco, con mucho temor de caerle encima de todos ellos…Fue saliendo.
Con asombro, se veía que podía volar.
Intentó pasarse desapercibido.
No perturbar a nadie, ni siquiera rozarlos…
No quería ser visto, ya que si lo veían se lo iban a impedir.
No salía de su asombro. Lentamente lo fue haciendo. ¡Hasta que lo logró!
¡Salió de su cuarto!
Y fue rondando por los aires. Asombrado pudo visualizar que toda su casa estaba inundada de familiares, de sus seres queridos. Angustiado comenzó a buscar a su hijo mayor…Y al ver que no estaba…
Trató de que nadie lo descubriese  -no fuera a ser que lo detuvieran-  ¡confirmaba sus sospechas! Era que su hijo había muerto.
Angustiado trataba de seguir pasando desapercibido.
…Pero notó que nadie lo veía…Increíble.
Nadie notó su presencia.
Vio a uno de sus mas allegados amigos y se le acercó subrepticiamente y con el mayor sigilo se le acercó por la espalda y susurrándole al oído le dijo…
- Mira Juan…Soy yo…No me mires,  ni pronuncies mi nombre…Pero necesito que me digas la verdad: ¿Qué ha pasado con mi hijo mayor…? – Pero el mencionado no le respondía. Angustiado volvió a hacerle una a una todas sus preguntas.
¡Pero no me respondes! ¿Por qué no me quieres responder? – Juan seguía absorto.
Y lo mas que hizo fue rascarse duramente la oreja por la cual él mismo le estaba hablando.
Frustrado, se dirigió a otro. ¡Tampoco!
…Ninguno quería darle ¡ningún tipo de información!
- ¡Pero! ¿Por qué?
¿Por qué se niegan a informarme?
¿Acaso creen que soy un mongólico?
Angustiado caminaba de un sitio a otro.
¡Qué raro paso por entre ellos y no me perciben! ¡Me ignoran! – Y se decidió- ¡Debo salir de aquí mismo!  
…Voy a buscar a mi hijo… ¡Voy a buscarlo! ¿Pero cómo? Si no tengo dinero…Lo dejé en mi pantalón… - Pero no podía regresar.
¡Todos inundaron su habitación!
- ¡Me voy así mismo! – Y partió.
No supo cómo, pero se vio nuevamente volando.
En su paso vio a todos sus parientes que ya se habían ido. Estaban en su memoria. Pero los pudo reconocer a todos, quienes se le querían acercar para abrazarlo. Pero él les hizo una seña de que se esperaran…
- ¡Bendición mamá…Bendición papá!
¡Bendición a mis tíos muy queridos por mí…!
…No puedo quedarme con ustedes…Me perdonan. ¡Es mi hijo mayor!
¡Algo debe estarle pasando!
- ¡Hijo, hijo! ¡No es tu hijo…! – Le gritó su padre. Él lo escuchó, pero era que no le quiso caso…Debía ir en busca de su propio hijo.
¡Y se les evadió! En su afán de creer que todos se le habían unido para negarle la información…Que para él le era indispensable.
Y corrió. Voló desesperadamente.
Y algo curioso…Pero esos paisajes le eran desconocidos. Pero aun así…Continuó.
Y en algún momento cayó en cuenta…
De que se encontraba extraviado.
Se desesperó. Se angustió.
…Pero no quiso devolverse…Por temor a que los suyos en su afán de evitarle dar esa nefasta información…
…Y continuó…Siguió…En su angustia  se negó volver a buscar a alguien que le informase…
Atrás dejó a todos: a su esposa, a sus hijos, a todos sus familiares, amigos, vecinos y allegados…Llorando alrededor de su fenecido cuerpo…


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