Historia de Amor.








Después de mí… ¡Nadie mas!






- …Después de todo…Como que si corre sangre por sus venas… - Pensó en voz alta Adriana.
- …Su calvario, parece que acaba de empezar… - Aseguró Alcides.
- …Ojalá reflexione…Ojalá modifique su forma de vivir… - Adelantó Miguel.
- …Lo único que nos queda, es rezar… ´
¡Recemos amigos! – Los invitó Marisela.
Todos mocosos, llorosos y casi sin poder ni ver, ni hablar, se reunieron para rezar: Por Gersy y el bebe.
Miguel, observaba a Román. Le parecía que estaba sufriendo profundamente  y comenzó a reflexionar…
¡La verdad, es que Dios en su infinita sabiduría, nos da la tremenda oportunidad de arrepentirnos de todo!
Y los pecados acumulados de este pobre hombre, deben ser cuantiosos.
¿Cuánto daño, habrás ocasionado Román?
¿Aprovecharás esta oportunidad que la Divina Providencia, te está ofreciendo?
…A mí, en lo personal, y espero no estarme engañando a mí mismo…
Pero la verdad, es que es la primera vez, que lo estoy viendo: Compungido…Abatido…
…Y espero, por tu propio bien…Qué no desperdicies esta grandísima ocasión…
¡Es mucho el dolor que le has ocasionado a mi amiga!
¡Una y otra vez, la has llevado al paroxismo…A la locura…!
¡Ojalá, que no sean lágrimas de cocodrilo…Ojalá…!
¿Cuántas veces, has pateado a esa pobre mujer? 
…Mírala…Tirada en una cama…
Sin posibilidades ciertas de sobrevivir.
¿Cómo pudiste  destruir  a tus propios seres queridos?
¿A esa mujer…Tan noble y entregada a ti?
¿Y qué daño te ha podido hacer ella a ti?
¡Ninguno! Tan solamente, te ha amado, hasta el cansancio.
…Y es una lástima, que ella sea la que está luchando por su vida…
¡Tú debiste ser el que estuvieras allí!
¡Aprovecha esta excelente oportunidad!
¿Y a qué precio…?  ¿La vida de tu esposa o la de tu hijo?
¡De verdad…Qué no te envidio!
¡Para nada! 
…Y es que, por lo menos para mí…No vales nada…Tú destruyes…
¡Cuánto más amas!  …Y la verdad, es que no entiendo esta forma de amar…
¡Qué Dios te perdone…!  ¡Qué Dios se apiade de ti!
Y ojalá, se salven los dos. ¡Dios, sálvala! ¡Ella no es mala!
¡Sálvala! Protégela a ella y a su bebe. Porque, si ella fallece…
¿Qué será de esas criaturas? ¿Quién velará por ellos?
…Qué desastre más grande estoy presenciando…
…Y lo peor, es que no puedo hacer absolutamente nada. Tan solo me toca…Mirar…ser un espectador de palo.
¡Pobre Cecilia…Está desconsolada!
Qué tristes son las enfermedades…Qué triste es ser solamente, eso: Un espectador. ¡Dios, sálvala a ella y a su bebe!
…Ay por tú familia, no lloro por ti.
En el fondo, presiento, que mañana o pasado  te conseguirás una sustituta y pronto te olvidarás de Gersy. ¡Lo intuyo!
¡Tanto amor, desperdiciado por ti! Gersy, querida amiga, cuánto lamento todo lo que estás pasando.
¡Pero  y lamento tener que decírtelo: Te equivocaste de hombre!
Tú y solamente tú, es la única que ha amado.
¡Ese tipo, es un tremendo egoísta!
¡Y no se merece nada de ti!
¡Nada! 
Y en verdad, espero por tu bien, Romancito…
…Qué estés sufriendo de verdad y que estés dispuesto a cambiar… ¡Ojalá!
Porque si sigues como vas…El abismo te espera.
¡Dios tarda…Pero no olvida!

¡Cambia, amigo, cambia! 


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