"Creíble increíble" ....Viene desde...Busca y lo encontrarás.


Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): "Creíble Increíble"



Asechanzas



Este relato surgió después de una tenebrosa noche de espanto.
He tratado de ser fiel a lo acontecido.


...Viene desde Oct... ¡Busca y lo encontrarás!


- Mi otra mano ya se está liberando.
Puedo abrir y cerrar a mí placer ambas manos.
Y ya siento que he avanzado aún más.
Puedo doblar mis brazos, lo cual me indica que mis antebrazos han salido.
Debo tener paciencia. Poco a poco me estoy liberando. Me duele inmensamente todo mi cuerpo…
En ese estado transitable se encontraba. Aguardó en silencio.
Trató de mantener su mente quieta.
Y esta es una labor titánica, ya que sus pensamientos brotaban por millones y millones. Agolpándose y chocando entre sí.
Pronto sus brazos quedaron libres y como pudo sus manos se posaron sobre la fría pared y comenzaron a empujar frenéticamente.
Una y otra vez, pulsaron. Su decisión de salir, era angustiante.
No deseaba permanecer ni un  micro segundo, ni nada.
Salir era su objetivo inmediato y acuciante.
Y debido a tanto esfuerzo de parto…
¡Fue despedido con fuerza!







V
“¿Y ahora a dónde me tirarán…?”

Cayó a metro y medio, en una superficie fuerte y rugosa, llena de polvo.
Se golpeó fuerte. Y no tuvo el tiempo necesario como para “sobarse” ya que la premura lo tenía atenazado.
Contempló  –o por lo menos lo intentó-  y nada reconoció como conocido o por lo menos familiar.
Pero con un clima mucho más benigno que en el que se encontraba. Su caída fue estrepitosa.
Le dolió. El golpe fue fuerte y ruidoso. 
Pero fue un dolor agradable, más bien festivo para él.
¡Al fin se había librado de esa prisión fría y tortuosa!
En verdad, ya no deseaba seguir allí. Su experiencia fue muy dolorosa, asqueante y tortuosa.
 Acompasado a su inquietante dolor, brotó una risa loca.
Y comenzó a reír y a reír.
Cosa inaudita, después de tantas vivencias cuyos estados anímicos fueron muy estresantes para él.
En su nuevo estado de plenitud, se alegraba al poderse comprobarse  a sí mismo, que ya tenía esa libertad de acción que en su anterior estado le fue negada.
Se estiró lo más que pudo. No mucho, se sentía limitado, claro no tanto como estaba antes, pero aún así…



…Este  relato  continuará….

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