"Conversaciones..." Aun es viernes 17



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Conversaciones con don  Carmelo

…Me  dicta  pautas  de  cómo  se  debe  “enamorar”  a  una  mujer….


Viernes…17…Octubre


¡La ví! ¡La ví! Y loco de emoción me sentí. ¡Qué linda y bella era!
Se encontraba sentadita en su sitio, cargaba en sus manos una revista y la movía con mucho nerviosismo… -Y yo dentro de mí mismo ¡no cabía de la emoción!-
Y me decía (yo mismo)…La tengo lista…Pero debo ir con mucho cuidadito porque las mujeres cuando sienten que uno está desesperado… ¡Se espantan!
¡Si, se espantan! Pero no es como tu dices que: “hay que echarle insecticida” ¡no señor, ni loco haría eso!
Y comenzó lo que te estoy diciendo ese jueguito “del amor” en donde comienzas miraditas fugaces…Risitas…Ji, ji, ji, ji…Y yo – tu sabes- renació en mí…
¡Todo ese torrente de amor, que en alguna parte se había escondido…!
Y yo me decía: ¿Qué habré hecho para que semejante beldad se fijara en mí?
Pensé: ¡Es mi desodorante nuevo!
¿O es mi perfume?
Aun cuando estaba imbuido en esa clase de enigmas…Mantenía mi atención hacia esa bella dama, la cual me miraba así de soslayo y así como así… ¡se cuajaba de la risa conmigo!
¡Y era conmigo la cosa!
Entonces traté por sobre todos los medios –que el resto de los pasajeros no se dieran cuenta-  ¡y qué bah!
Ya todos estaban “mirando y mirándonos” 
-Y he de reconocer que me cayeron muy mal…Al principio me dio pena y traté de disimular…
…Y un viejito –para ese entonces  yo no era “tan periclitado como lo estoy ahora, ¡por si acaso!- Que estaba sentado exactamente detrás de ella…
¡Me estaba haciendo señas!
Y hasta me dijo –en voz baja- ¡Aprovecha no seas gafo!
…Me ruboricé –porque aunque no te lo creas… ¡A mí me da penas estas cosas!- pero si vieras que esa intervención… ¡Me envalentonó!
Comencé a acercármele mientras los pasajeros se “hacían el que no veían” tu sabes es esa clase de “enconpinchamiento” en que al parecer nadie se da cuenta…
Pero te están vigilando al dedillo. ¡Ji, ji, ji, ji!
- ¿Y entonces?
- ¿Y…Entonces QUÉ? – Me dijo violentamente. Al parecer como que mi intervención en vez de allanar el camino… ¡Me lo complicó de nuevo! Y nuevamente lo tenía muy colérico delante de mí. ¿Y ahora qué hago con este anciano?
–Me pregunté en mis pensamientos, ¿te imaginas que me oiga?  -Pensé de nuevo- Pero decidí hacer  lo que siempre le he hecho…Quedarme en silencio y ponerle “cara de baboso” ¿Total? En anteriores ocasiones siempre me ha causado efecto y no veo el por qué no lo vuelva a lograr. Y me quedé como una estaca.
Me miró de frente y de reojo y al no hallar inconvenientes, tosió y carraspeó con estridencia, luego calló, se miró sus zapatos y antes de alzar nuevamente su cabeza continuó de esta forma…
- …Yo me le fui acercando “como el quiere y no quiere” sondeando el terreno  -sospechaba que alguien conocido de ella, fuese también allí…Uno nunca sabe por dónde va a brincar la rana-  y me le senté a su lado…
Ella se arrimó para darme un puesto, pero siguió “mirando” la oscura carretera…
¡La pillé riéndose entre dientes! Así que envalentonado como me encontraba le dije…
- ¿Está ocupado el asiento?
- No. – Me dijo mirándome por sobre su hombro  y me dio la espalda. ¡Ahora si que me fregué! Me dije…Tendré que tocarla. –Pero ¿y si se me ofende? -  uno nunca sabe…
- ¿Y qué hizo entonces…?
- Le dije por sobre su hombro: ¿Me puedo sentar a tu lado? Y ella al mismo instante me respondió: ¡Pero si ya te sentaste!
¡Ah caramba, es cierto! –Le respondí mientras ya ella se reía de mis estupideces…
Pero es que no encontraba la fórmula perfecta, para que me mirara de frente…Y “poder hipnotizarla” con mi mirada “seductora”

…Continuará  mañana….


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