"Letargo" Final -Domingo-








“Letargo
Cuando te llega tu momento de reflexionar.
Y por mi mente desfiló la presencia de cada uno de los míos, y me inquietaba el que me los atacaran. No pude aceptarlo.
…Pero era un hecho. Me estaban atacando, o mejor dicho me asechaban.
Y no pude determinar quién o quiénes.
…Pero allí me encontraba, en pleno suspenso.
Y feliz de que no estuviesen ninguno de ellos, y eso me alegraba.
¡Sea quien sea, lo enfrento solo!
En mi quimera, solo estaba.
Una sucesión de extraños sonidos se agolpaban y se estaban esparciendo por todo mí alrededor.
 Miraba y trataba de discernir ¿Qué sería esto?
Y ¿Por qué arreciaban tan de repente?
Utópico todo. De repente la atmósfera se me enrareció. Se me obnubiló mi firmamento.
Y no puedo precisar si estaba allí o qué era lo que se me proyectaba…
No me encontraba cómodo.
…Sudaba frío y también caliente…
Mi pulso sufrió un desacompasado impulso.
¡Muy súbito!
La anomia se apoderó de todo mi entorno.
¿…Pero el por qué me pasa esto…? No lo sabía.
Temía lo peor.  Me sentí devastado.
Y me sobraba razones para creer que lo que me vendría sería muy funesto y mortal.
Y es que cuando siento estas pulsaciones, todo se me nubla y por lo general; no es nada bueno.
No obstante, en esa alucinación, no me quedaba nada claro. En mi mente trataba de clasificar todo esto.
Pero no encontré tranquilidad alguna.
Y por esta causa, me preparé para lo peor. Sabiendo que de un momento a otro…
¿…Pero qué…? Porque mi mundo que aparentaba estar completo y bajo mi domino…de repente se me desfasaba.
¿Qué fuerza me cambia mi designio?
…Pero soy qué…Acaso una hoja que es llevada por los vientos hacia donde otros quieran…
Mi destino, mi futuro es…Manoseado y desmejorado por ¿Qué…?
¡Un portazo horrendo!  …Y expectante vacio, nada mas pude percibir…
¿Pero quién haría ese ruido tan atroz…?
Puesto que si son ladrones; entrarían con el mayor de los sigilos. Igual si me quieren eliminar.
¿Entonces…?
Me afinqué y me posesioné del cuchillo de carnicero y esperé.
Escuché pasos muy violentos y escandalosos.
Percibí que no era uno…Eran varios.
Sus respiraciones eran jadeantes y estereotipadas.
Pude comprobarme que en mi mano derecha poseía el inmenso instrumento de cocina y en la izquierda…Una lata de cerveza.
¿…Pero cómo puede ser cierto, esto?
¡Con eso me estaba apertrechando! 
-¡Ojala no vengan con armas de fuego!-
-¡Quiera Dios que pueda responder a este ataque!-
Pasaron esos intensos instantes, preñados de mucha indecisión. De temor, mas lleno de pánico. De mucha inestabilidad. De zozobra.
¡Y de repente…!
Primero se aparecieron unos niños –pero no eran mis hijos… ¡aunque sí que lo eran!- Estaban desfigurados.
Me dio la impresión de que me reconocieron, aunque estaban muy alterados en mí contra.
En mi narcosis, no me queda claro muy bien todo esto, porque si eran mis hijos, no entiendo porque estaban tan agresivos en mí contra.
Detrás de ellos, venía su mama –mi esposa- muy  violenta y agresiva me agredía a todas sus anchas.
…Y detrás de ella… ¡Un tipo!
¿…Qué pito toca este en este capítulo…?
¿Quién diantres es “este”?
Nadie acudió a aclararme esto…
De repente aparecieron, creo que tres o cuatro policías los cuales blandían sus armas en contra mía; pero era desmesuradamente exagerada esta acción.
Me gritaban y me conminaban a que soltara la dichosa “arma blanca” y de repente me encontré en minusvalía. Allí me encontraba en medio de muchos que me deseaban todo el mal habido y por haber.
En mí sopor, me veía ridículo y muy vulnerable.
Nunca pensé que mi propia familia me fuera agresiva y menos de esta forma.
Bajé mis manos y deposité sobre la mesa, todo lo que en ellas portaban.
De inmediato y como si fuesen un “comando de ataque” brincaron sobre mí y me sometieron.
–No entendí esto, pero así fue-el caso es que me vi maniatado.
- ¡No soy un ladrón! ¿Es que nadie puede dar fe de que me conoce…?
¿Y quién es…”ese”?
Expliqué con detalle todo cuanto hice. Pero no me creyeron.
Mostré la nevera, el congelador, los estantes todos full de comida. Destapé las ollas y expliqué el por qué de cada cosa.  No importaba nada lo que en mi defensa aclaraba… ¡Estaba frito!
De alguna parte, saqué los papeles que comprobaban el que yo los pagué. No probaba nada en lo absoluto. Peleaba solo contra el viento.
Me querían borrar de esa escena.
Con estupor presencié el intenso odio que me abrigaban. Me quedé espelucado.
Ya me había quedado sin argumentos.
Mis hijos, ya no lo eran. Mi mujer, tampoco era.
Los policías, si que estaban allí y sus intenciones unidas a los que creían que era mi familia, también eran cónsonas. Me querían eliminar.
No encuadraba allí. Sería “beneficiado” y ya…
Somnoliento veía mi final. Ya no había remedio.
No me querían ni creer, como tampoco verme allí.
Zozobrando mis venas saltaban de un lado a otro.
Mi corazón crepitaba de una forma muy ruidosa.
Mi visión estaba muy oscura.
Quería correr, escapar…Pero me sostenían con mucha fuerza.
¡Dios ayúdame a salir de este sitio!  …Pero no me quiso ayudar.
¡No quiero morir y menos de esta forma!
Era cuestión de…
Todo se me nubló. Suspenso…
Inmóvil…El tiempo se selló.
La película…Fue cesando.
-Tenuemente recobré mi conciencia- Una luz muy clara se esparció sobre mi rostro.
Mi cuerpo estaba todo tenso, así que fui aflojándolo…
Poco a poco la conciencia acudía en mi auxilio.
Comencé a recobrar mi ser y resulta que me encuentro…Acostado.
Me encontraba en el poderío onírico…
Y sin saberlo…Me encontraba en el mundo sólido.
No lo comprendí, tampoco y esto captó  mi atención…
Ese tránsito me pareció hasta normal, pero el cómo y el por qué…Lo sigo analizando.
Mi traspaso se dio y de la manera mas natural…
¿Pero cómo puede ser “natural”?
Ni lo entiendo, como tampoco lo comprendo.
Pero esa metamorfosis se dio…No creo haberlo premeditado.
Abrí mis ojos…Tenía sobre mi cuerpo…mi cobija. Y encima de mí…El techo de mi cuarto.
…Me quedé analizando y tratando de verme –en forma ya consciente- y en verdad…nada ha pasado.
Me pregunté: ¿Cómo lo pude haber logrado?
¿Podré hacerlo en forma consciente…?
Todo entra en el mundo de…
Porque me puedo mover…Ya nada me ata a aquel infierno en que me vi envuelto.
¿Cómo caí allí y ahora acá estoy…?
Mundo de locura, de imágenes contrastan con este…No entiendo…
Ya no siento lo que antes…
¿Qué hora será…?
…Mejor me levanto…Todo está en calma.
Qué bueno.-

Bernardo Enrique López Baltodano.
Maracaibo; Martes 08 de este mes de julio, del año 2. 014.-





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