“Cachirulo”


¿Será…Será…?) – No alcanzó a formularse su pregunta. Escuchó nuevos ruidos.
Al parecer, una voz masculina…
Y luego un murmullo femenino.
Se concentró para poder escuchar mejor, ya que lo que oyó le pareció que se referían a él.
- ¡Qué pase! – Escuchó la misma voz femenina.
En esta ocasión  pudo ver, que la puerta se abría.
Diego comenzó caminando, de una forma vacilante.
No estaba del todo seguro, en ese ambiente.
Más bien, le ocasionaba mucha expectativa. Mucha tensión.
Chequeó nuevamente, con sus sentidos, todo lo ya descrito.
Pero con esto, no más lo que hizo, fue ratificar en su conjunto, todos sus temores.
(Efectivamente, me siento, como si estuviera entrando por el “Túnel del tiempo”, pero hacia un mundo, en dónde por lo que estoy viendo…Es en retroceso. No sé, si estoy sugestionado o no. Pero se me antoja, que estoy entrando a un sitio, lleno de telarañas. ¿Será éste el camino hacia la muerte?
¡No que va! Mi imaginación está muy fructífera. Desde que estamos viviendo el drama de mis vecinos…
Ya al parecer, ellos están saliendo.
¿Y yo? ¿Yo? 
¡En cambio, estoy entrando a toda carrera! ¡Qué horror! Debo aquietar a mi propio espíritu…)
En esos pensamientos  estaba cuando a la final, llegó hacia la puerta.
Echó una ojeada  hacia atrás por si acaso, alguien lo viera entrar. Pero no había nadie.
Así  que armándose del poco valor, del que ostentaba, ingresó.
Tocó levemente la puerta, como anunciando su presencia, a los que estaban adentro.
Una vez adentro, descubrió a la fémina, que le hizo pasar.
Una más bien chiquita.
Se asombró al verla, bajo una sábana.
Y le calculó unos escasos…Trece años o por allí andaba.
Visualizó que debajo de esa pieza, no tenía puesto más nada. Su mirada, era perdida. Carente de emoción. Toda despeinada.
Su apariencia en general, era de una persona muy descuidada de su apariencia física.
Y descalza. Su olor, no era nada agradable.
Y al detallarla, la consiguió más bien fea.
Y es raro, que una mujer, sea fea.
Por lo general, siempre se cuidan.
Pero ésta…No.
La joven, le hizo señas, de que entrara a una habitación.
Aún viendo  las señas, se detuvo para contemplar mejor, en el sitio en donde se encontraba.

-- Bernardo E. López Baltodano.-



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