“R de López”
 
Nació en: Diriamba – Nicaragua.
Estudió en México y se graduó de:
                                     Enfermera Graduada.
Profesión de toda su vida. Finalizando su etapa profesional en el Hospital Central Dr. Urquinaona en Maracaibo capital del edo. Zulia en Venezuela –Sur América.
Vino a este país (Venezuela) en el año 1.952 y desde entonces ejerció su profesión hasta que fue jubilada.
Al separarse de mi padre, dobló sus guardias (Entraba a las 7 a.m. y salía a las 3 p.m. y continuaba otra guardia hasta las 11 de la noche y lo afirmo porque yo la iba a buscar a su hospital Central.)
Lo curioso de mi madre, era que no mas era llegar a la casa, y se dirigía presurosa a verificar que cada uno de sus hijos estuviese durmiendo y para arroparlo y darle su besito de buenas noches (Al igual que darle su bendición a cada uno.) y una vez que ella misma se cercioraba, corría a la cocina para terminar de  lavar y escurrir todos los platos u ollas que encontrase sucio.
Se acostaba a eso de las doce y pico de la noche y se levantaba a eso de las cinco de la madrugada para planchar y acomodar los uniformes de cada uno de sus hijos, chequeaba lo que se iba a consumir ese día (Y cuando tenía señora de servicio, le daba instrucción por instrucción, muy bien detallada.)y cuando ya estaba todo listo procedía a bañarse, vestirse y salir a toda prisa ya que con toda seguridad entraba tarde a su trabajo. (7 a.m.)
Así fui levantándome en mi diario vivir en mi adolescencia.
Mi madre trabajaba dos turnos de 7 horas, o sea 14 horas diarias…De 6 días a la semana y “descansaba” el domingo…Pero en realidad era el día de descanso de la señora de servicio de turno, por lo que todo le recaía.
Nunca desmayó. Toda somnolienta…
Persistía una y otra vez.
Pendiente siempre de cada una de sus hijas y de mi hermano y mío.
En su labor diaria, atendía a enfermos terminales (Y cuando le daban de alta, los visitaba en su casa.)
Cuando moría, acudía a sus honras fúnebres.
Iba a la misa de mes. De año y siempre los incluía en sus oraciones diarias.
Le decía a mis hermanos: Cuando mama se muera, la proseción ¡debe ser Grande!
Porque los familiares al reconocerla, con toda seguridad acudirán a su sepelio.
Mi madre a pesar de mis protestas, nunca me hizo caso y acudía siempre ya que lo consideraba su deber.
Mi madre al morir, acudimos todos sus hijos con sus respectivas familias.
Para nosotros que fuimos sus hijos siempre fuimos lo principal en todo.
Jamás se llevaba un bocado a la boca –sin antes cerciorarse de que ya nosotros habíamos comido- ¡era MUNDIAL!
¡Era mí MADRE!
Hoy celebrando el DÍA de la MADRE tan solo me quedan de ella mis recuerdos.
Sus consejos.
Sus desvelos.
Su profundo amor, su entrega total por sus descendientes.
Mama…No se en dónde estarás –Presiento que estarás en el Cielo, junto a todos los ángeles, arcángeles y junto al Padre Celestial.
Y siendo así, me siento ya satisfecho.
Y en tu honor, a tu memoria  y recuerdo; hoy me atrevo a mirar a todas las MADRES que como tú, me cuidaste, me levantaste, me diste la educación que hoy en día ostento.
Ciertamente –No todas las mujeres son: ¡Madre!
Pero a las que son Madres de verdad: ¡Un millón de felicitaciones y que DIOS en todo lo alto las bendiga y proteja por siempre!
Mi madre me enseñó a: lavar, a planchar, a hacerme mi propia comida.
Recuerdo que nos decía (A mi hermano y a mí): “El hombre se hace hombre, cuando aprende a serlo. Cada uno de ustedes debe aprender a hacerse todo. Desde lavar, planchar, prepararse su comida…En todos los oficios. ¡Aprendan a auto – abastecerse en todo! Porque la vida da muchas vueltas y no sabemos qué clase de mujer les tocará como esposa.” – Ya me parece estarla escuchando todas sus recomendaciones, apreciaciones…En todo. Fue y lo seguirá siendo: ¡Muy sabia!
Me enseñó a ser un hombre, en todo el sentido de la palabra.
A mí hermano (q.e.p.d.) y a mí, nos obligó con su accionar a que fuéramos siempre tolerantes y que apreciáramos siempre a nuestras hermanas.
¡Descansa en Paz Madre Querida!
¡Lograste el milagro de hacer de tus hijos, todos íntegros y honrados!
¡Bendición mama!
 
 
 
Bernardo E. López B.
Maracaibo; 11 de mayo del 2. 014.-

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