“¡No .oda!”

¿Y para qué he de nacer si cada día me dirige a mí oclusión…?
¿He de nacer nonato para terminar aquí en dónde estoy?
¡Qué tránsito tan tedioso al saber mi próxima obturación!
Si el vivir me conduce a mi africado ser.
Moriré naciendo, resurgiré cual ave fénix, lo que angustia me da es que sin tener alas, ¿Cómo podré ascender?
Ya que he venido a triunfar…Así ha de ser.
¡Ayyy vida! ¿Para qué te quiero?
Si cuando te tengo no te puedo apreciar, verte no puedo y cuando pretendo tocar…Te desapareces de mi…
Porque ¿Cómo he de apreciar lo que nunca pude aquilatar?
Porque en muchas ocasiones que he creído que estaba vivo; mas bien invernaba.
Momentos turbios en mi existir, se confunden con mi no-existir.
Ignoro lo que no conozco, y siendo así cómo poder saber si a mí acude energía pura o de mí se me escapa…
Morir en vida es lo mismo que vivir en muerte…
Prefiero ignorar y esperar con devoción, que el saber que viajo hacia mi disolución…
He contemplado la vida y a los pocos instantes, el cuerpo inerme ha dejado…
Y es cuando me pregunto:
¿Qué será de la vida que tuvo…?
…O que pudo haber poseído…
Si cuando en vida estaba…Erraba en todo, y casi nunca acertaba…
¿A dónde fue a parar…O quizás se permutó?
Te miro y ya tu cuerpo que antes estaba caliente, ahora está frío. Gélido.
¿Ya tus fríos, no te son?
Puesto que antes eras tan “friolento” y al observarte…Es que: ¿Ya no te importa?
Y que es la vida en un cuerpo flácido, si la impresión que da… ¡Es que ya no estás!
¿Vida qué eres, puedes definirte a ti misma?
Vives y no la disfrutas. Encerrado en tus carnes das rienda suelta a tus bajas pasiones.
¿Bajas pasiones?
¿…Cómo se definiría, si es un simple: Concepto…?
Porque qué es la vida, si no la encuentro.
Porque qué es la muerte, si es mas fácil encontrarla.
Pero dentro de la muerte… ¿Habrá vida?
Si en la vida, hay muerte, desolación…
¿…Y para qué quiero la vida, si he de morir?
¿Y…Para qué he de morir, si pronto viviré…?
Contemplo mis propias elucubraciones, toman forma informe, pretende asustarme, cuando ya temblando estoy…
Qué tonta existencia, he vivido sabiendo que partiré. No me informan a dónde.
Cierto es, si algo seguro tiene el que aún vive…Que pronto: Ha de extinguirse.
¿Y para qué he de extinguirme?
Mis muchas preocupaciones, me obligan a atesorar lo que mío nunca es, como tampoco lo que ha de ser…
Me afano en minucias.
Me torturo en nimiedades.
Cuando todos me dicen que el que se va…
Ni su cuerpo se lleva.
Muchos llevan su vida, apegada a sus preceptos, cuidando hasta el último detalle…Todo debidamente registrado.
Sabemos dónde venimos, -porque nos lo cuentan-  pero nunca dónde nuestro cuerpo se transformará en una osamenta…
Y de repente…Nunca nadie la encuentra, confundiéndose con el fango de las muchas lluvias…
Se permea y de repente desaparece…
El cuerpo se vuelve polvo…
Entonces qué le da la chispa…Que no la encuentro.
¿Producirá un voraz incendio?
¿Pondrá en peligro la muerte de lo no vivo?
Contemplo un calavernario, vida no aprecio.
Ya no tiene brillo, y de flácido se vuelve rígido.
No respira…Minúsculos seres emergen y otros se esconden…
¿De dónde? Si tu salud siempre cuidaste.
¿Y qué recuerdo puedo atesorar, si contemplo el marchitar de una ilusión…?
¿Cómo puedo recordarte? 
…Si te contemplo…Y no te reconozco…
Quiero abrazarte…Pero…Pero: ¡Es que ya se que allí ya no estás, ni volverás!
¿Cómo puedo dar culto a tú vida…?
Al contemplarte…Ya pronto tu faz se deformará…Se permutará…Pero de ti, pronto
“que digo pronto” ¡Es que ya no estás!
¿Y para qué he de llorar?
¿Para qué he de sufrir?
Nada que haga te podrá regresar.
Tampoco se si me escucharás. No me consta.
Vida ¿Para qué te quiero…Si lo único seguro que tengo es…Un oscuro y tétrico canal…?
¿Y a dónde me has de llevar…Y el por qué de tanta oscuridad…?
Y tú: Muerte… ¿Para qué te quiero…Si nunca perderás mis pasos…?
A ti nunca te invitan…Vienes sola, cuando menos se piensa en ti…Apareces y pánico produces…Claro el que te ve, jamás de ti se olvida.
Perdido he estado. Ausente de mis sentimientos, de mis angustias de mi todo…
La razón de la no razón, el ser del no ser.
Aquí cargo mi vida, o lo que de ella me queda, por cuantos mis muchas angustias no me dejan disfrutarla y me llevan siempre en bajada.
Ignoro mi momento. Tampoco se el tuyo, como tampoco tú sabes del mío.
¿Y a quién ha de importarle?
Los que antes me amaban, ahora me rechazan o por lo menos me evaden.
Reflexiono entonces…Será que el tanto amar, te dirige al odiar, o por lo menos al no ver mas…Que existencia tan banal que ni siquiera esto te podrás llevar…
Sólo se que en este instante estoy aquí…
Mas tarde a nadie podré asegurar.
¿Mis restos aparecerán…? ¿Dónde quedarán?
Ignoro si la naturaleza ha de informar, o si a la tierra en abono se convertirá…
Por lo pronto me alegra acompañar a su Santo Sepulcro a los míos…
No puedo asegurar si los que quedan, podrán enterrar lo que nadie podrá encontrar.
El viento esparcirá, la tierra lo ha de ocultar, el agua lavará impurezas o ser pastos de las muchas llamas o se fundirá y en roca firme y segura se volverá…
El futuro incógnito es, pero dentro de poco ya le faltara interés.
¿Qué me importa el mañana, si pronto será?
…Y del futuro ha de llegar, a su pasado vendrá…
Las pisadas, pronto borrarán, nuevo para algunos…Para otros; nada se sabrá…
Nota a ustedes:
He querido referirme a mis seres invisibles que mucho tiempo anduvieron conmigo…Hoy viven en mis remembranzas…Pero persisten en mi ser, en mi mirar, en mi sentir.
Seres que mientras fueron sólidos, aún en la inacción en lo mas profundo de mi existir, siguen forjando, siguen presentes –creo que estamos fundidos- porque aunque a algunos no conocí, con seguridad son parte de mi ser.
A ellos, a ustedes y a los que están mas allá –que no puedo ver, como tampoco sentir, pero se que ahí están…No dudo…No prejuzgo…- es que he escrito estas pocas líneas…Posiblemente no me lean, con seguridad tampoco interés tengan en leer; lo que con toda seguridad ya son…
¡Siempre con ustedes!

Bernardo.

Maracaibo; 16 de mayo del 2. 014.-



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