“Conversaciones con don Carmelo”
Lunes; 05  de mayo del 2. 014.-

¿Ahora pago yo y…Si me dejan en la estaca?
Se quedaron allí mismo y hasta que no hube pagado, no se movieron y después me dijo sarcásticamente…
(…Me sentí: ¡Incomodado! Por cuanto en ese preciso momento…Entré en un estado de dudas aunado a mi desconfianza. Nunca se termina de aprender.) 
- Bueno compae… - Me dijo ya en el momento de partida. - ¿No se te va a olvidar nada?
 (A pesar del tono en que me lo dijo; algo en mí me recordaba que esto “podía ser ¡un acto de alta traición”! No obstante, le seguí su juego y le adelante con mucha firmeza…)
- Ni jota. ¡Todo bajo control! – Me dio la llave de su carro y se sentaron ellos dos, atrás y adelante iba yo, con la que me tocaba. ¡Bonito cuadro, ella y yo…!
- Y yo veía por el espejito del retrovisor como ese muérgano le metía manos por dentro de su manta y le sacaba de todo.
¿Y yo? Nada.
Y en verdad te digo; que ardía en deseos de por lo menos…Acariciarla…Tu sabes…
¿Pero…Qué carajo tendría que hacer…Ah?
¡Por supuesto que quería “revisar” mi mercancía…!
(…Siempre es bueno y prudente. Nunca se sabe.)
Pero “la mía” ni me miraba.
Volteaba su rostro y parecía importarle nada mas el paisaje.
¡Era increíble! Yo manejando y…
En una ocasión intenté tocarle…Su mano y de un ¡jalón me la apartó! –Y hasta llegué a temer que ¡me mordiera!-
Y me dijo algo en su lenguaje…
(Y le hubieras visto la mirada que me echó…)
-Por el tono, estaba “ofendida”
Atrás estaban pendientes y gozaban ¡un mundo!
A mis costillas.
(Y esto acrecentó mis dudas…Pero debía seguir, ¡algo me caería!) Pensaba
 Decidí no insistir –capaz de que me entrara a bofetadas-
Llegamos al sitio que ya él mismo me había dicho, entramos y al poco me dijo…
- Aquí nos quedamos nosotros.
(¡Y aquí comenzó mi desazón!)
Ustedes vayan unos cincuenta metros mas…
- Yo seguí…Siempre nervioso…Cincuenta metros mas…
(Pero por el rabito del ojo, la vi a ella, que enojada apretaba sus manos y me echaba esos “ojitos” de cólera, pero yo me hice el desentendido y me dije a mi mismo…
Si no lo hace por “las buenas, será por las malas”…) – Estaba muy angustiado; ya hasta me parecía que “me hacía” allí mismo.
¡Qué angustia! ¡Qué sufrimiento!
(Esto no se lo recomiendo ¡a nadie!) Pero ¿qué mas puedo hacer…? ¡Yo soy un hombre!)






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