“Después de mí… ¡Nadie mas!”


Miguel, corrió y sujetó a su amiga Gersy. Carmen y Susan, la sujetaban.
Ella se asemejaba a un cuerpo gelatinoso.
Sin vida.
Se les diluía y era casi imposible sujetarla.
Carmen, se ocupó de la cartera y de las pertenencias de su amiga. Susan y Miguel, forcejeaban para sacarla de allí en el acto.
El suegro  trataba de sujetar a su hija, pero al parecer su fuerza se disminuía ante la ferocidad de su hija. Estaba impotente.
- ¡El portón! ¡Ábranos el portón! – Le gritaba Miguel, pero el viejo no atinaba a comprender su pedimento.
- ¡El candado…El candado! – Insistía Miguel.
Hasta que al final, el viejo reaccionó y sacando la llave de su pantalón…Logró abrirlo.
Miguel y Susan, sacando fuerzas de donde no la poseían, lograron cargar en vilo a Gersy. 
Ésta iba totalmente inerme, sin ningún tipo de resistencia.
Por esa razón, les costaba cargarla.
Carmen  una vez con todas las pertenencias de su compañera, los ayudó y finalmente la sacaron.
- ¡Vamos a la Clínica! – Gritaban sus compañeras.
 - ¡Vamos! – Gritó Miguel, abriendo las cuatro puertas de su carro.
Susan y Carmen, se montaron atrás con ella.
Miguel, cerró la puerta de su carro y encendió su vehículo. Partieron raudo y veloz.
Zigzagueando y como todos los locos…Y con la corneta y todas las luces prendidas….
El trayecto, pareció una eternidad.
Gersy seguía sin dar muestras de vida.
Estaba toda flácida e inconsciente.
Rebasaba carros como un loco.
Peleaba con cuantos se le atravesaban.
Jamás había sonado su sirena con tanto ahínco, como lo estaba haciendo.
En su  desesperación lloraba y gemía, maldecía y gritaba. No aceptaba el que se le muriera su amiga. No, no lo aceptaba.
Tenía que aguantar y ser atendida con probidad y diligencia.
Cuando visualizaron la cercanía de la asistencia médica…
Ya lloraban pero era de la alegría y así se lo decían.
- ¡Aguanta…Aguanta, ya estamos llegando! – Clamaba Miguel en medio de su desesperación.
- Nosotras estamos seguras de que en cuanto lleguemos, te van a atender como te lo mereces: Una reina. ¡Aguanta amiga!
- ¡Recuerda a tus hijos! ¡Recuerda a tu bebecito!
¡Tienes que vivir! ¡Tienes que vivir! ¡Tú eres guerrera! ¡Aguanta! ¡Tienes que vivir para tus hijos! ¡Nunca te abandonaremos!

Sé fuerte. Sé fuerte.







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