“Asechanzas”

La música se torna indómita, invitando a la violencia desenfrenada.
Se gritan órdenes una tras otra.
Se tornan peligrosos, agresivos en contraposición al pobre, quien trata de permearse con la naturaleza…Pero era claro que no podría lograrlo…
Tan absorto estaba, que no pude visualizar que la puerta de mi cuarto, se estaba abriendo muy lentamente.
(Y es que para ser sincero: ¡No quería que me interrumpieran en nada!              
Me interesaba mas la trama que se estaba desencadenando en ese momento.)
Quizás por el sonido ya elevado de la musiquita que incitaba a la acción, no pude (No quise, es mi verdad.) escuchar su  crujir, ella es de madera maciza, pesada y al abrirla hay que ejercer presión, ya que en alguna época se desprendió de sus bisagras y presionaba con todo su peso sobre su marco…La huella de unos quince centímetros apoya mi tesis.
Un hilillo de la luz de la cocina…chocaba en mí cara.
(¡Ah chirrión! ¿Y ahora qué es esto? ¡No quiero apartar mi vista de las escenas.)
¡No podía creerlo! (Mas bien no quería.)
(¿Cómo lo pueden hacer? ¡Yo mismo cerré todo por dentro!)
…Me estaban abriendo la puerta… ¡Miré y la doña seguía en su placidez! – En cuestión de micro-segundos hice un rápido y violento análisis de lo que me estaban haciendo.
¿…Y si no es ella…entonces; quién? ¡Chanfles!
(¡Dios ayúdame por favor! Rápido.)
Impávido seguía viendo que la misma se abría inexorablemente…Y teniendo apenas dos ojos, pretendí en ese momento que mi ojo derecho siguiera en esa trama, mientras mi ojo izquierdo indagara lo que estaba pasando. ¡Pero debo admitir que fracasé en mi intento!  ¡No lo logré, fallé en todos mis intentos!
 - ¡Un ladrón! (¿Un ladrón…? ¿Y cómo se pudo meter?) ¡Se metieron…! Pero qué extraño…todo sigue en silencio. (¿Qué será esto?)
No escucho los ladridos. ¿Y mis bravos guardianes?
(¿Y no era qué estaban dormidos? ¡Chanfles! ¿Cómo lograron meterse?  …Todo está en silencio… ¿Qué será todo lo que está pasando?)
¿Se habrán ido de paseo?
(¿Y cómo?  …Si los vi…hace poco… ¡Vergus!)
¿Los habrán envenenados? (¡Yo sí que me lo creo!)
El haz de luz superaba ya los diez centímetros. Lentamente, como si se hiciese con total parsimonia. Cada instante para mí ¡era una inclemencia!
¡Pero no veo a nadie…detrás! Me esfuerzo a tomar una decisión.
Algo dentro de mí, me está gritando: ¡Has algo mijito!
¡Te van a matar aquí mismo y tú ni pendiente!  - La advertencia me hace sentir peor que peor. Una oleada de adrenalina me está obligando a hacer algo…estoy impávido. Presiento que lo que me puede venir es siniestro… 
-¿Y yo qué hago? - Es lo único que logro balbucear, mientras inmóvil y sumamente nervioso logro responder. Pero aún así, me siento totalmente dominado. Y lo que me mantiene así, me sigue sujetando…  ¡Pero es qué no he logrado vencerlo aún!
 - ¡Dios protégeme! – No logro descifrar nada de nada.
Ahora si que me estaba preocupando de verdad…esto no era parte de la peliculita.
 ¿…Y si es un malhechor…me debe estar esperando para atacarme…?
(Reconozco que cada instante que transcurre…atenta en mí contra…)
…Sigue abriéndose…ya van unos quince centímetros…
La misma voz o pensamiento o sensación insiste, en forma alarmante:
¡Muévete…has algo! ¡Te van a liquidar como a un perro!  …Puede ser un ladrón…puede ser… Pero así cómo estás…te van a exterminar. ¡Ataca!
Pero aún no acierto a moverme… ¿Qué estará pasando realmente?
¡Dios debo moverme…! ¡Ya! Me van a agarrar como un pendejo.
¡Muévete…! (¿…Dios acaso no me vas a dar la orden de atacar? ¿Qué me mantiene así…? ¡No debo permitir que siga así!)
¿No estás viendo qué te van a joder…? 
- Si está claro que a esto me expongo.
Y mientras yo estaba temblando con mis incertidumbres y mis miedos…ya iba por unos treinta centímetros… Ya toda la habitación está iluminada. Instintivamente insisto en seguir viendo, lo que no podía ver. Pero aún así insisto…a lo mejor una sombra…algo.
Los segundos siguen su recorrido, aunque presiento que mi mundo me lo detuvieron en seco.
¡Pero no veo a nadie!

¿Es que no hay nadie?









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