“La reunión de muertos….”


- “¿Reunión de quéééé?  …Serán de muertos. Que son los únicos que hacen que vengan mucha gente a “velarlos”…Recuerda: ¡Esto es una Funeraria…
(¿Cómo se le ocurre a este loco…Ah?   ¡…Rolo de loco, me está saliendo este…!
¿Será que piensa que hasta los muertos “están conspirando” en contra de ellos…?)
El Inquisidor se le quedó mirando, se le veía confusión…Pero trató de ridiculizarlo…
- …Con que “reunión de tieso” ¿…No…? 
¿…Como que me está viendo la cara de “ridículo”?  
…Mucho juicio pues…Mire que la Ley la represento soy: ¡YO! 
…Y todos los que están allá…Están esperando que les lance…Algo…
Porque tienen “hambre de sangre”… ¿Me están entendiendo…Sí…?
- …Si quiere Su Señoría…Lo invito a que vea “la reunión” en vivo, y hasta estoy dispuesto a levantarle a todos los muertos que tenemos en las cavas, mas los que están en sus ataúdes… ¿Quiere ir…? (…Yo no tengo inconveniente alguno…Y allá están y de ahí no se moverán… ¿Vamos ya…?) – El hombre gordo no le contestó con la rapidez con que siempre respondía.
Y si me preguntaran a mí; pues diría…”Que se hizo en sus pantalones”….
El Dominguete, nada respondió: “Medito por largo rato. (Al menos así lo hizo parecer…)
Trastabilló y le dijo…
- ¿…Y como cuántos hay, ahora mismo…?
- Lo suficiente. Por mí, se los pueden llevar todos presos…
(…Si se atreven…Ustedes verán…)
Pero los espíritus que vivían en ellos… ¡Esos son de malas pulgas! …Y no va a ser “fácil” que digamos…Pero bueno, ustedes son los que mandan…
Los van a perseguir… ¡Y esos si que son bravos! – El hombre sacó su pañuelo, y se lo pasó por su frente…Sin quitarles la vista de encima.
- …A mí no me pasaron el parte de este “tipo de enemigos” y en verdad…No se como tratarlos. ¿Se podrán encadenar…?
- ¿A quién?
- ¡Pero bueno Ramón! ¿Y a quién va a ser…? ¡A los muertos que están alzados!
- …Domingo…Nunca he visto que se los lleven encadenados…En todo caso ya ellos están “tiesos”… ¿Pero será a sus espíritus…?
- ¿Y qué no se les pueden encadenar? …Digo; por si acaso!
- Que te estoy diciendo: A los muertos, No, por la sencilla razón de que ya están tiesos…Y te estoy diciendo que en este caso tendrás que llevarte es a los espíritus…-
- ¡Esto es para locos! ¿Cómo pretendes que me lleve encadenado a un espíritu…?
¿Ah, estás loco o te estás creyendo que soy un pendejo…?
- Como llegaste  acusándonos de que estamos “en un complot” para tumbar al gobierno…
- Yo lo que estoy llegando a la conclusión es de que aquí: ¡Hay gato encerrado!
¡No se, pero acá hay “guerrilleros”! – Y mirando a todas partes, tan solo me consiguió a mí al lado de estos ¡200 años de vida! Por lo que dijo de repente, con la mayor tranquilidad….
- Aunque acá solamente veo son “bagazos” de hombres…Pero bueno, algo es algo…
- ¿…Bagazo…Yo…? – Protestó don Carmelo, pero de inmediato fue opacado por su amiguete quien sin darle oportunidad alguna, lo empujó y agregó…
- ¿Y le parece poco…? – Y don Ramón le espetó lo siguiente señalándose a sí mismo y al otro ancianito… - Y si somos unos “bagazos”… (Bueno, tendré que aceptarlo ante el peso tan enorme de esta, represión…Bagazo me quedaré.) – Y mirando a los mas de uno a dos centenares de gendarmes del estado, le señaló y bajando su voz, le susurró…
- ¿Por qué toda esa “armazón”…Para estos vejucones…? …Me parece que algo en esta historia, como que no cuadra muy bien que digamos…Digo yo…
- ¿Por…Nosotros…Dos…? – Le preguntó don Carmelo mientras lo miraba con total irritación y hasta creí leerle su mente, puesto que hasta escuché lo que mentalmente le estaba transmitiendo…
(¡Carmelo pon atención! Debes poner “cara de baboso”
¿…No me estás entendiendo…?
¡Baja tu cabezota viejo loco!
¡Hazme caso! ¡Callate y hazme caso!
¡Que nos van a joder a todos, por tu obstinación!)
Por lo que vi, don Carmelo en el acto puso su cara tal como se lo estaban exigiendo.
Y en cuanto el dueño se percató de que le estaban haciendo caso, se volvió hacia su atacante y le espetó con la mayor naturalidad…
- ¡Si ya estamos hasta “mascando” agua! Debe haber un error… - Miré a don Carmelo y realmente su cara ¡hasta me causó tristeza!
- ¡Esos son los “espíritus del mas allá” – Le sugirió don Ramón y su atacante echándose a un lado, en el acto le respondió…
- ¡Zape con tus muertos, tus espíritus y tus brujerías…! – Don Carmelo comenzó a hacer ruidos fantasmales. Domingo comenzaba a mirar hacia los lados…
Y cuando este se percató de mi insistente mirada, aprovechó en un descuido de su torturador y viéndome a los ojos, me picó el ojo y me mostró su dentadura exenta de dientes, en señal de que se lo estaba gozando…
(…Estos viejitos…Como que lo van hacer correr…A punta de sus muertos…)
El inquisidor, no se dio cuenta en lo absoluto, pero tampoco se tragaba el cuentecito ya descrito…
- Nuestro Servicio de Inteligencia, los señaló a ustedes dos… - Señaló a los amigotes….
Y luego girando su insignificante y gordito dedito…Me señaló…Tragué muy grueso…
- Y al parecer al tipo ese, que aunque no tiene “cara de musiú” ¡tampoco tiene cara de “yo no fui”!
- Si usted habla de Carmelito o mío…No podemos ni con nuestra propia alma.
¡Es mas hasta nos cuesta…respirar! – Y volviéndose a su amigo, le espetó: ¿Verdad tú…? – Su dedo lo utilizó con fuerza encima de las flácidas carnes de don Carmelo…
- ¿…Y yo…Qué…? – Su mirada daba la impresión de que estaba como perdido…
- ¿No está viendo que hasta está “ido”…? – Domingo lo miró fijamente y don Carmelo lo miraba sin entender de ¿qué le estaba hablando?
- …Si tiene “cara de baboso” pero ya mas de uno, utiliza esa “máscara” y creen que nos van a despistar…Está  peligrando y no por ser ya un viejo inútil ni porque esté arrastrando las patas…
Mis informaciones son muy claras: ¡Aquí están tramando para tumbarnos!
¡Y esa vaina! no puedo pasarla por alto…Aunque sea: Un hijo mío, o un hermano…
¡Ni a mí padre que salga de su tumba!
¡Los alzaos están “fusilados! Sea quien sea…
Porque a todos estos “arrechitos”…Nosotros se lo bajamos a punta de coñazos, patadas… ¡Y otras cosas mas!
…Además toda esa gente… - Dijo mientras ostentosamente los señalaba y mostraba todo el armamento que poseían…
- Necesitan: ¡Un culpable! ¡Porque están ansiosos de: Sangre! Y es mí deber…Satisfacerles esa necesidad…Así que: O es Ramoncillo o es Carmelito o me llevo al tipo ese… - Dijo señalándome de una forma pusilánime y grosera.
A decir verdad; a partir de este señalamiento, me sentí en minusvalía procesal.
Un frío de muerte me recorrió por todo el cuerpo y mas aún, cuando ninguno de esos viejecitos se dio por aludido…

- “¡Me jodí…!” – Se me salió esta expresión. 



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