"El
pasajero
desconocido"


? - (Le pregunté ya molesto)
- ¿No me crees?
- ¿En México…?  ¿…Me estás hablando de: Méjico o de México…?
(No lo podía aceptar. Esto es ridículo. Inaudito. Inaceptable.
¿…Y qué tiene “este pedazo de loco” que no tenga yo)? ¿Acaso es “millonario”? 
…Pues no le veo aspecto…Y no huele “bien” que digamos…
Además si así fuese, ¿qué haría montado en una pocilga, como esta?
Este pedazo de viejo, resulta que es hasta: ¿Cosmopolita?
¡No, me negaba a aceptarlo!
No puede ser que haya ido allá, cuando yo ni siquiera he podido ir ni a la capital de ¡mi país! ¿Es esto justo…? ¡No, no lo puedo aceptar!  …No creo que sea justo…)
- Llegué hace poco. Estuve viviendo en Ciudad Juárez y te comento que allí ya no se puede vivir. – Me dijo en la forma mas natural posible. – Déjame contarte algo: Antes se llamó “Méjico”, pero ahora se llama “MÉXICO” mejor dicho: Estados Unidos de México. ¿Ya?
¿Aclarado este enigma? ¿Puedo seguir? ¿Sí? ¡Gracias!
¡Todos los días matan gente allá!
…Te contaba lo de los mariachis. Gente muy bravía. De “pelo en pecho” Guapos tanto de físico como de espíritu. Realmente es una nación muy heroica. Inhóspita.
¡Ahora es que tienen historias de historias-leyendas de leyendas. Y la que te voy a contar; es apenas una de las tantas y tantas.
¿Supiste lo que le pasó a una gallarda mujer allá?
- No.
- Su marido, se enfrentó a las mafias y fue ajusticiado por los narcos y esa mujer se lanzó como candidata a Alcalde ¡y ganó!
La dejaron sola. Íngrima, pobrecita.
No la protegieron. Se hicieron los indiferentes ante su lucha.
Y esos bandidos, se aprovecharon.
La secuestraron, la violaron. La asediaban. Asechanzas a granel.
Le destruyeron su cuerpo, sus nervios.
La sometieron a la peor de las persecuciones.
¿Puedes ponerte aunque sea un segundo en su ser…?
¡Qué templanza en un cuerpo tan frágil, como lo es el de una mujer!
- Y haciendo un paréntesis acá: ¡Hasta en los perros se ve esto!
- ¿Qué tienen que ver los “perros” en esto?
- Bueno en lo del: ¡Valor!
- ¿Valor…Perros, de qué me estás hablando?
- De los perros… - Él me miró sin comprender mi punto de vista. Movió su cabeza en señal de que no entendía mi punto de vista, y en vista de que lo interrumpí así de esa forma tan drastica, le dije…
- Pero no importa. Creo que te he interrumpido. ¿Verdad? – Hizo caso omiso a mi comentario, tosió, pero yo descubrí que lo hizo mas bien como un gesto de disimulo. Pensó un segundo, me imagino lo que me iba a decir- y continuó así…
- …Vuelve el perro arrepentido…
- Espero que no me vuelvas a interrumpir, con “tus cosas”… A ver, la dama en cuestión…
Pero su determinación superó con creces su debilidad femenina.
Nunca he podido estudiar este raro caso. (Y lo lamento mucho.)
Y lo considero muy digno y edificante, ¡qué valor el de esta mujer!
Por eso es que yo en lo personal creo y afirmo, que los sentimientos y los valores son de una persona, mas no de un sexo en especifico.
Me explico: No es inherente al hombre…También los puede tener: Una mujer.
(Y como también lo hemos visto hasta en los animales…Como me estás afirmando.)
Intenté acercarme a ella y poder protegerla.
- ¿Acercarte a ella…Y cómo? Porque por lo que me estás contando, esa mujer era toda una celebridad y en mi opinión no creo que fuera muy fácil. – Pero mi oyente al parecer, o no me oyó o sencillamente obvió mi comentario. Y en vista de que no dio muestras de “haberse” enterado de mi repentina opinión, volví a insistir…
- Oye creo que tú no me escuchaste…Epa… ¿Me oíste? – Definitivamente no.
Ni muestras de simple amabilidad. Insistí…
- Bueno yo pienso que lo de los charros, a mí en lo personal; pues claro que no me gustó.
Considero que fue un tremendo atropello…
- ¿Perdona…Me hablaste? – Me dijo como si estuviese con el “piloto automático” encendido.
Ya que hablaba y parloteaba, sin prestarme ni la mas mínima atención a mí; que  soy ¡su único oyente!
- Te decía: En primera instancia- Lo de la mujer - alcalde.
Y en mi opinión me parece una historia digámoslo así: “asombrosa.”
En segundo lugar; y no por ello de menor importancia – ¡Lo de la matazón!
Y lo que me parece francamente “sorprendente” es que estamos en medio de tremenda balacera –y conste que ambos estamos corriendo peligro de que nos maten…como si fuésemos: “unos perros”- ¿No estás consciente de este “pequeño detalle”?
Y con esto no estoy menospreciando la vida de ningún extranjero: ¡estamos en peligro nosotros! Y también debes estar consciente que en este país…
¡También se están matando unos a otros! ¿No lo estás viendo?
¿…O es que lo extranjero es siempre lo mejor y mas importante? – El viejo me miró durante un largo rato. No agregó palabra alguna, buscó su “botellita” la sacó, desenroscó su tapa, me miró y me dijo:

- ¡Salud! ¡Brindo por la muerte y por la resurrección de la vida! – Y se empinó un sonoro trago.

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