"El pasajero
desconocido"
- Espero que no me vuelvas a interrumpir, con “tus cosas”… A ver, la dama en cuestión…
Pero su determinación superó con creces su debilidad femenina.
Nunca he podido estudiar este raro caso. (Y lo lamento mucho.) Y es que cuando me refiero a “raro” me estoy refiriendo específicamente a que: Es bien sabido por todos nosotros que ya aquel “Amor” que las mujeres sentían por sus esposos…Y no estoy diciendo que ya no lo haya –Y como prueba: ¡un botón! – Y me viene como anillo al dedo. Esta Noble y Hermosa Damisela, levantó “su bandera” porque – creo habértelo dicho-  ¿No…?
- La verdad…No me recuerdo… - Le dije en ese momento, mas que todo para quitarme de encima ese presión que este señor ejerce sobre mí. (Me explico: Él exige mi tención al cien por ciento…Y no  puedo, ya que también debo estar mosca, por si acaso…uno no sabe…) – Él se me quedó mirando y en su rostro me transfiguró su tremenda incertidumbre. Pero preferí obviarlo, así que pasado unos segundos, aclarando su garganta, arrancó así…
- Bueno. Recapitulemos nuevamente. A ver… ¿En dónde nos quedamos…? – Sin mirarlo le respondí…
- En lo de la Noble y Excelsa Dama allá por esas lejanas tierras…
- ¡Ah, ok! Bueno…Continuemos entonces…
¿Ya te hablé que a su esposo la mafia de los narcos…Lo eliminó?
- …Si…
- Bueno. Fue un caso “patético” Y como creo que ya te lo dije… ¡
Ella levantó esa bandera y se decidió a pelear contra todos ellos!
- ¿Ella sola?
- Ella sola. ¿No es digna de todos los elogios? ¡No le tembló el pulso, jamás!
Y lo considero muy digno y edificante, ¡qué valor el de esta mujer!
Por eso es que yo en lo personal creo y afirmo, que los sentimientos y los valores son de una persona, mas no de un sexo en especifico.
Me explico: No es inherente al hombre…También los puede tener: Una mujer.
(Y como también lo hemos visto hasta en los animales…Como me estás afirmando.)
Intenté acercarme a ella y poder protegerla.
- ¿Acercarte a ella…Y cómo? Porque por lo que me estás contando, esa mujer era toda una celebridad y en mi opinión no creo que fuera muy fácil. – Pero mi oyente al parecer, o no me oyó o sencillamente obvió mi comentario. Y en vista de que no dio muestras de “haberse” enterado de mi repentina opinión, volví a insistir…
- Oye creo que tú no me escuchaste…Epa… ¿Me oíste? – Definitivamente no.
Ni muestras de simple amabilidad. Insistí…
- Bueno yo pienso que lo de los charros, a mí en lo personal; pues claro que no me gustó.
Considero que fue un tremendo atropello…
- ¿Perdona…Me hablaste? – Me dijo como si estuviese con el “piloto automático” encendido.
Ya que hablaba y parloteaba, sin prestarme ni la mas mínima atención a mí; que  soy ¡su único oyente!
- Te decía: En primera instancia- Lo de la mujer - alcalde.
Y en mi opinión me parece una historia digámoslo así: “asombrosa.”
En segundo lugar; y no por ello de menor importancia – ¡Lo de la matazón!
Y lo que me parece francamente “sorprendente” es que estamos en medio de tremenda balacera –y conste que ambos estamos corriendo peligro de que nos maten…como si fuésemos: “unos perros”- ¿No estás consciente de este “pequeño detalle”?
Y con esto no estoy menospreciando la vida de ningún extranjero: ¡estamos en peligro nosotros! Y también debes estar consciente que en este país…
¡También se están matando unos a otros! ¿No lo estás viendo?
¿…O es que lo extranjero es siempre lo mejor y mas importante? – El viejo me miró durante un largo rato. No agregó palabra alguna, buscó su “botellita” la sacó, desenroscó su tapa, me miró y me dijo:
- ¡Salud! ¡Brindo por la muerte y por la resurrección de la vida! – Y se empinó un sonoro trago.
Al final, le colocó nuevamente su tapa, la volteó como para cerciorarse que su “exquisito” líquido no se le escapara de su envase.
Y al comprobarlo, la volvió a guardar con ese celo del que está guardando su tesoro mas valioso. Me picó el ojo como si fuese su hijo y arrancó así….
- Mira te voy a decir algo muy importante: En ningún momento puedo asegurar que, lo de afuera es mas importante que lo de acá.
No tengo ese “complejito”.
Y te aseguro que yo lamento mucho lo que nos está ocurriendo en este “preciso momento”. ¿Me entendiste?
- Si.
- Ahora bien, yo también vivo aquí. Así que comprendo todo cuanto está aconteciendo.
¿Me comprendiste?
- Claro.
- OK. Ya nos estamos entendiendo y mejorando porque ya me estás comprendiendo. –Al menos eso es lo que me estás afirmando… ¿Cierto?
- Si.
- ¡OK! Ahora bien. ¿Cómo te puedo hablar para que me entiendas…?
…Empiezo nuevamente –a ver si por si fin; entiendes lo que te quiero decir…-
- Yo entiendo. No soy tan bruto… - Dije sintiéndome un tanto “molesto”.
- ¡Jamás he dicho, ni mucho menos lo he “pensado!
¡Dios me libre en su Infinita Misericordia!
…Lo que pasa, mi jovencito amiguito, es que a veces…me pierdo en mis evocaciones.
Es comprensible. Aunque tú no logres captar “muy bien” mi punto de vista.
- …Bueno eso trato. – Le aclaré en forma muy decidida, por mi parte.
- ¡OK! Pero te recuerdo lo que dijo aquel famosísimo filosofo: “Nada humano; me es ajeno”
…Y me atrevo a preguntarte…
- …Qué…
- ¿sabes cómo se llamó ese: Filosofo?
(¡Caramba! Lo volvió a hacer. Y por mas que lo pienso y re pienso…
¡No lo se! 
…Es que estoy nervioso…
Entre la balacera…
Los “carajitos esos”…
Los charros…El cantante anterior…
¡Me tienen loco y de remate! Pero en verdad: ¡Me da pena reconocer mi ignorancia! –
Por lo que decidí: Hacerme el loco. ¡Así de sencillo!)
- ¿¡No sabes quién fue!? – No me atreví a responderle nada. Al contrario le voltee la cara y me dediqué a estar “pendiente” de todo cuanto estuviera pasando alrededor.
Sentí su mirada que me fulminaba, pero fui muy valiente…No le presté atención alguna.
- …Como siempre digo: Me evades mi pregunta.
Es que no se cuando podré aprender a comprenderte…Claro es muy “difícil” – Por ese instante se quedó callado.
Pasado unos minutos, arrancó él solo, pero mirándome en todo momento…
- Bueno. En verdad es Cultura General.
Y no debo privarte de mis conocimientos.
Y debo aceptar el que tú por tus “múltiples ocupaciones” no te estés al tanto de los últimos acontecimientos de carácter Mundial.
Es cierto –y hago este énfasis- que estamos rodeados de tiros por doquier.
Pero debemos ensanchar nuestros sentidos…Entiéndelo de una vez por todas.
Y ya que con tu silencio, así me lo estás aprobando.
Arranco nuevamente en esta historia verdadera.
Lo de los charros es otra historia. Quizás mas adelante te la cuente.
Pero en este momento: Lo de esta heroína. Bella.
¡Dama decidida y presta a enfrentarse a esos forajidos!
Y como asumo que ya oíste lo anterior…Continúo…
Yo intenté ponerme a su disposición.  ¡De verdad!
- No. No lo pongo en duda, pero y ¿lo de los charros, qué? – Me miró y no me respondió…
- Prestarle todo el apoyo que un ser como yo podría ofrecer.
Pero cuando estuve cerca de ella…
¡Ya la habían secuestrado!     
Intenté todo lo que pude tener a la mano…Pero cuando la logré ver…
¡Ya era una osamenta! Toda destrozada.
Le trituraron sus nervios. La aislaron de todos y en la oscuridad…La ejecutaron.
Jamás sabremos de sus torturas. Mucho menos de los padecimientos que ella tuvo que afrontar.
¡Hay tantas cosas ocultas en nuestro diario vivir, que las tenemos en nuestras narices…Y no la podemos ver!
Tenemos vista…Pero no podemos ver.
Tenemos audición…Pero somos sordos.
Tenemos sentimientos…Y nos volvemos bestias.
Nos llamamos a nosotros mismos: “Humanos”…Y no sentimos al prójimo.
…Pobrecita ella.
Me duele solamente el saber por todo lo que tuvo que pasar; y me avergüenzo el llamarme y el pertenecer al género: Hombre.
Ya que fue una banda de: Hombres los que se ensañaron en contra de una vida pura y amorosa.
Y me pregunto yo: ¿Cómo puede una sociedad existir con estos parámetros?
¿Cómo puede mirarse a los ojos? ¿Cómo?
¿Cuáles serán los designios que nos gobiernan?
¿Habremos dejado las “cavernas”?
¿O es que las cavernas estarán “asidas” en nuestros corazones…?
El caso es que…Mi querido amigo, es que estoy en duelo perenne. Me apena eso que pasó.
Le destruyeron su vida.
Jamás pudo disfrutar de mas nada.
Pero jamás se doblegó. Su determinación no tenía otra mira que destruir a esos carteles.
Y desde ese entonces les declaró la guerra.
Ella solita. ¡Valiente esa mujer!
- Dime algo…Tú me tienes asombrado…
…Y me disculpas, pero es que no logro entenderte… - Se sonrió y me dijo…
- Aja, dime que es lo que te inquieta de mí…
- Es que por tu apariencia, a simple vista lo que me dices de tu persona es que eres un ser.
…No sé, que “vives al día”.
¡Me desconciertas!
Pero al hablar contigo…Resulta que no eres un ignorante, y ni siquiera un “borrachito” aunque des esa impresión…
Me perdonas mi sinceridad, pero es que...
- ¡No te preocupes! La verdad, es que las apariencias siempre te engañan…Y ya estás viendo esta.
Y déjame decirte, que no eres ni el único y ni siquiera el último.

¡Nos dejamos llevar por las apariencias!

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