“Pelea Justa”


- ¡OK! ¡Acepto la pelea! Ahora procedamos a poner nuestras condiciones…
- ¡No Omar no seas tan tramposo!
- ¿Tramposo yo? ¿…Y por qué me dices esto? ¿Acaso tengo fama de ser tramposo? Tramposo son ustedes los de tu barrio, nosotros acá defendemos la legalidad y pulcritud de todas nuestras peleas… - En efecto Omar estaba al rojo vivo, se le notaba que estaba ofendido y así se lo demostraba a Juan.
Ambos son vecinos, Omar vivía en el barrio “El Avispero” y Juan en el barrio “La Esperanza”.
Se conocían de toda la vida. Ambos tenían aproximadamente unos veinte años de edad y siempre han rivalizado.
Los del “La Esperanza”, los denominaban “Esperanzos” y los del Avisperos los llamaban: “Avispaos”.
Cada cierto tiempo se hacían sus “Torneos” y en ellos dilucidaban sus diferencias. Y esto se logró gracias a Juan, quién logró negociar con su antagonista Omar.
Entre ellos era harto conocido que los “Avispaos” siempre se valían de sus triquiñuelas y adefesios para salirse con las suyas.
Casi siempre se salían con las suyas.
Porque Juan tratando de ser conciliador, siempre terminaba cediendo en aras de un mejor entendimiento en el futuro.
Omar conocía muy bien este “detallito” y por lo general se basaba en que su maquinaria ya estaba siempre “aceitadita” y dispuesta a ir a la guerra total.
“Los Avispaos” de tendencia totalitaria y avasalladora, se autodenominaban “democráticos” (No tanto por serlo; mas bien por interés)
- Bueno Juan, ya nosotros tenemos a nuestro campeón: “El Arrastrao” y ustedes tienen al suyo, que tengo entendido es: “Juan Bimba” ¿cierto?
- ¡Así es! Y nuestro “Bimba” le va a arrancar la cabeza al de ustedes.
- ¡Listo! Vamos a pelear según nuestro “Manual” ¿OK?
- ¿Con el “Manual” de ustedes?
- ¡Es el mejor de toda la bolita del mundo! ¡Además es tan bueno que ya nos están pidiendo que los asesoremos a nivel mundial!
- ¿Y quiénes son “esos” a nivel mundial? Porque yo sepa, los del barrio vecino “Los Soportaos” son los únicos que lo requieren y hasta se acercaron a nosotros, para que los asesoremos…
- ¡Perdieron! Ya nosotros lo estamos instruyendo. ¡Además nosotros somos los que controlamos: La Policía, la Marina, la Aviación…
- Si, si ustedes son los que están controlando todo.
- ¿Entonces pajarito…Qué mas vamos a hacer?
- OK Omar, pero ustedes me prometen que en esta ocasión…
¿No va a ver trampa?
- Juan jamás la ha habido.
- ¿Seguro Omar?
- ¡Te doy mi Palabra de “Caballero”! -  Juan se contentó con este gesto.
Y el verlo así serio, honesto, honrado y sincero, pues no le quedó mas remedio que acceder.
Así que se dispuso a verificar las reglas del juego…
- Las reglas son sencillas y diáfanas, de acuerdo a nuestro Manual:
A.-    Nosotros nombramos a los jueces.
B.-    Nosotros elegimos al Árbitro.
C.-    Nosotros decidimos cuando será una caída o un “resbalón”
D.-    Nosotros designamos a los auxiliares.
E.-    Nosotros hemos decidido que cada round sea de: 3 minutos.
         Con descanso de: 1 minuto.
F.-    El árbitro puede detener una pelea y decidir el ganador.
G.-    También los jueces pueden hacerlo. Y nosotros también.
H.-    La decisión es inapelable.
I.-     Ustedes tienen el DEBER de acatar nuestra determinación.
J.-     Nosotros decidimos: Lugar. Sitio. Horario.
K.-    Nosotros decidimos: Cómo se van a repartir las ganancias y cuando.
L.-    Y todo lo demás que no esté contemplado aquí; será dilucidado en
         Nuestros Tribunales y Juzgados, que nosotros mismos designemos.
Dime Juan, ¿No son sencillas las reglas?
- Sencillísimas.
- ¿Entonces vas a firmar el Documento Final?
- ¿Documento Final? ¿Y eso qué es?
- Es para que las partes no se peleen y acepten los términos de nuestros acuerdos.
- …Pero cómo es eso que: ¿Ustedes van a elegir al árbitro?
- Siempre.
- ¿Y los jueces también?
- Por supuesto.
- ¿Y qué nos queda a nosotros?
- Que si tu “Juan Bimba” es bueno…
- ¡Por supuesto que le va a dar una paliza al  Arrastrao tuyo!
- …Siendo así, entonces: ¿Por qué no firmamos Nuestro Acuerdo? – Juan lo miró de frente, caviló y después le dijo…
- Déjame consultar con los míos.
- ¿Ah, ahora te estás rajando?
- ¡Nunca! Nosotros somos gente de: ¡Palabra”
- ¿Entonces qué? Ya las reglas están fijadas. ¿Las van a violar ustedes?
Porque nuestro Marco de Ley, es inapelable. ¡No sean cobardes! ¡Respeten el Estado de Derecho! Qué es el mejor del Mundo Entero!
- …Tengo que consultarlo. – Y diciendo esto se volvió hacia los suyos, que estaban a escasos metros y lo escucharon todo.
Se apartaron. Omar le hizo señas a uno de los suyos para que se infiltrara en esas filas y lo mantuviera al tanto.
Los “Esperanzos” comenzaron en su plenaria. Oída la versión final, lo sometieron a una consulta generalizada.
- ¿Y qué pasaría si nos tumban al “Bimba”? – Se oyó esa pregunta y uno del equipo negociador de Juan, se irguió muy decidido era: Elio. Y alzando sus brazos pidió ser escuchado.
- “Juan Bimba” es imbatible.
- Pero… ¿Y si lo noquean?
- ¡Imposible! Está blindado. Démosle nuestro Voto de Confianza.
- ¿Y si la “Enredan” “Los Avispaos”? ¡No es la primera vez!
- ¡Apelaremos!
- ¿Adónde?
- …A los tribunales…
- ¿De ellos?
- Sí. Omar garantiza que son Imparciales. Que la Ley es Inviolable.
- ¿Seguro? – Hubo un momento de silencio. Y el mismo que está objetando era don Eusebio, hombre versado en esas lides. Los miró a los ojos a todos. Juan no supo qué responderle. Y el susodicho aprovechó para hacer una pequeña historia…
- …Y no es la primera vez que nos hacen trampas. ¡Nos tapan la boca con su supuesto: “Honradez” ¡ Y nosotros le creemos. Y creemos. Ya nos estamos convirtiendo en “creyones”. ¿Y qué ganamos nosotros?
- …Bueno en esta ocasión…Nos prometen…
- ¡Promesas y mas promesas! – Gritó Alcides otro de los lugareños.
- ¿Entonces qué vamos a hacer? – Les preguntó Juan.
- Preguntémosle a: Juan “Bimba” – Asomó Ana Lucía. Y todos aprobaron por mayoría absoluta. - ¡Qué decida él por nosotros!
- ¡Aprobado! – Asentían uno tras otro. Juan “Bimba” se levantó de su asiento y se dirigió a su comunidad, todos estaban prestos a escucharle…
- ¡Yo lo tumbo! – Gritó eufórico.
- ¡Qué viva Juan Bimba! – Aclamaron todos. Pronto el bullicio se hizo generalizado. Todos los abrazaban y trataban de tocarlo, como para “pegarse” de su fuerza y valentía.
- David contra Goliat… - Se escuchó fuerte y poderoso, todos reconocieron ese sonido. Y pertenecía a: don Eusebio.
Pero el fanatismo pudo mas que la sabiduría. Y pronto se decidieron por mayoría absoluta, ir a esa confrontación.
- “Juan Bimba” tendrás como oponente a: Toda la Marina, la Aviación, el Ejército, toda la Policía Regional, Estadal y hasta la  Nacional.
- ¡A todos los venceré, don Eusebio!
- Mira que además tendrás en contra a todos los jueces…
- ¡Los tumbaré!
- Recuerda que el arbitro, lo eligen: ¡Ellos!
- ¡No seamos “Pájaros de Mal Agüero”! – Les recomendaba otro de los negociadores.
- Nosotros también tenemos gente infiltradas allá… - Aseguró una voz anónima la cual se volvió invisible.
- Además debemos confiar en: ¡Las Leyes! Que fueron hechas para protegernos a nosotros mismos.
- ¿A nosotros? Será a los “Avispaos” – Don Eusebio buscó afanosamente al que pronunciaba esas palabras, pero ninguno de los presentes se las adjudicó. Ninguno de ellos fue.
Así que ya tomada la decisión, se acabó la “consulta” y Juan y los suyos fueron a sellar el Gran Acuerdo Nacional.
Al llegar a la sede de los “Avispaos” ya Omar sabía todo y lo estaba esperando: Documento en mano.
No hubo demora alguna. Firmaron todos los presentes, incluyendo los testigos y los mirones también. Todos estamparos sus rúbricas, humedecieron sus pulgares y las colocaron en todas las partes que los “Avispaos” les señalaban.
- ¡Listo! – Proclamó Omar.- La pelea va a ser mañana mismo.
- ¿Qué tan rápido?
- Ya. Eso es cayendo y capando. ¿Para qué darle mas larga a este asunto?
Consultaron con “Juan Bimba” y este dio como un hecho todo. Aceptando los términos de ese acuerdo.
La pelea se escenificó el sitio y la hora, que ellos ya tenían predeterminada.
Poco tiempo les dio a “Los Esperanzos” para prepararse, pero ya el compromiso estaba contraído.
- ¡Hay que cumplir! Y en la medida que cumplamos…Ellos se verán en la obligación de hacer lo mismo, que nosotros estamos haciendo. – Aseguraba Juan, él estaba muy seguro de todo lo que les afirmaba.
-------Mañana otro poquito mas, por hoy ya estoy cansado…Mañana -------
Y así marcharon todos contentos.
Se sabían que la: “Justicia tarda, pero llega”
Bimba se dedicó a lo suyo.  Se le veía muy afanado en sus lides.
Y Juan y los negociadores, se dedican  a verificar que cada uno de los preceptos se cumpliese a cabalidad.
Ya tenían sus “peticiones” para ser expuestas al bando contrario, decidieron apersonarse y tratar frente a frente, sus puntos…
Llegaron y lo llamaron y una vez que estaban frente a él, le dijo…
- Omar nosotros hemos vuelto a ti, con la finalidad de: “Asomar” nuestros candidatos a: Arbitro y a Jueces.
- …Pero… ¿Para qué? Nosotros estamos muy conformes con los que nuestra: “Comisión de Boxeo” ha elegido.
- …Pero ¿Quiénes son?
- No importa. Con decirte, que ni yo mismo los conozco.
- …Necesitamos tener aunque sea uno de los jueces…Nuestros.
- Juan por favor, no me hagas violar Nuestros Propios Acuerdos.
- Es que nosotros aún no hemos ni siquiera asomado la posibilidad de que nuestros elegidos, sean tomados en cuenta.
- ¡Ah no! ¡Eso si que no!
Ya hemos firmados “Nuestro Acuerdo” y yo  no lo voy a violar.
¡No Juan, no me pidas ese exabrupto! ¡Por Díos!
- …Pero por lo menos danos…El Principio Básico de las Minorías…
- ¡Después! Primero lo primero. Además no se les ha vencido su tiempo.
No puedo coartarles su tiempo, ni sus funciones.
¡Nosotros somos DEMOCRATICOS y protegemos el Principio Básico de las Minorías!
¡Por favor Juan, no seas terco chico!
- …Pero me das tu palabra de que no va a ver…Nada raro…
- ¿Nada raro, cómo qué?
-----------         Continuará        -----------

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