- Si todos trabajamos coordinados… ¡Nos irá mucho mejor! – Les anunciaba el mayor de todos ellos.
- Por ejemplo; cuando yo le diga al pueblo… “¡Nunca le haremos nada malo a ninguno de ustedes!” ¿Qué crees que les pasará? – Les preguntó con marcado acento de ironía. Sus adláteres le escuchaban como disimulando comprenderle cada palabra que con mucho ahínco les pronunciaba. Pero a pesar de esto, ninguno se atrevía a contradecirlo…Muchos no lo tenían muy claro que digamos.
Al comprobarse que poco le estaban entendiendo, comenzó por nombrar a cada uno de los suyos por su nombre y a hacer sus preguntas individualmente:
- ¡A ver Pepillo…! ¿Qué me entendiste?
- Bbbueno mi patroncito…. ¿Cómo podré seguirle su camino? ¡Usté va muchísimo más rápido que el mismísimo rayo!  - El resto nerviosamente aplaudieron la brillante conclusión con que se definieron cada uno de ellos.
El Líder Intergaláctico bajó su mirada, no se lo podía creer. Suspiró profundamente y luego de unos segundos de análisis…prosiguió así:
- ¡…Pepinillo no seas tan bruto chico! – Un silencio espantoso se cernió en el auditórium. Todos quedaron desarmados…
¿Será que nuestro “Papa” se ha enojado de tanta torpeza nuestra? Y si esto pasa… ¡Nos puede mandar a fusilar a toditos nosotros! – Se rumoraban en sigilo. Con los ojos a punto de estallar…lo miraban como un espanto…temiendo su coraje… Ninguno se atrevió a mirarlo. Todos bajaron sus ojos y sus cabezas, pero su terror estaba en crecimiento muy fugaz y tenebroso.
(¡Nos va a mandar a liquidar a todos…por requetebrutos! ¿Y ahora qué debemos hacer? ¿No hay ninguno de nosotros con las suficientes b…. cómo para dar la cara por el resto? ¡Ayyyy Diosito sabemos que te hemos cambiado por este ser…! ¿Nos podrás perdonar?  ¿En caso de que caigamos en desgracia con este rollo e loco?)
Visiblemente angustiados, temblaban al sentir que el cruel yugo les caería en cualquier momento. Y conocedor y sabedor de que solamente él tendría las llaves para desatar la furia de todos los infiernos… Se regodeó con ese placer que solamente sienten los que al sentirse Semi Dioses… ¿Semidiós, Él? ¡No! Él era la reencarnación de lo ¡Más grande y Sagrado! Y esta sensación le producía sumo placer…por eso el “Predestinado” sonreía de puro placer. Ya los miraba con cierta lástima. ¡Mucha lástima! Pero eran sus seguidores y con ellos, conquistaría El Mundo Entero. Comenzó a pronunciar cada silaba con total parsimonia, como si las clavara en la mente y en cada corazón de los suyos… ¡A sangre y fuego!
- ¡Mis hijitos…! Tendré que tener más paciencia con ustedes… Vamos a ver… Vuelvo al principio… Imaginémonos este escenario… “Yo soy el Supremo”… ¿Me entendieron…?
- ¡Hurra! ¡Hurra! ¡Así es nuestro Gallo!
- ¡Daremos nuestra vida por usted…Nuestro Gran Señor!
Y elevando aún más su voz el tal Pepillo y como para hacerse notar se montó sobre una de las mesas y comenzó a vociferar:
- ¡Larga Vida a Nuestro Comandante SUPREMO! ¡No hay más nadie más grande, más verraco y más colérico que usted! ¡Mi vida por la suya!
En esta ocasión, no los contuvo, al contrario los aupaba con sus gritos de alegría. (¡Al fin me están entendiendo! ¡Al fin! Qué bueno. Ya podré continuar con mi labor. ¡Qué Grande soy!) Meditaba en medio de aquella contagiante muestra de apoyo a su causa. Al cabo de más de quince minutos de puras arengas, levantando sus brazos los logró acallar nuevamente. Esperó hasta el silencio total y cuando ya todos estaban sintonizados en sus labios y gestos, arrancó de esta forma:
- ¡Cómo les estaba diciendo!  …Cuando yo le proclame a las muchedumbres… “¡Nunca les haré nada malo…!” ¿Qué creen que les pasará? – Nuevamente silencio. Pero el Comandante Supremo, no les permitió que divagaran nuevamente y casi al instante y con gesto de: ¡Silencio! Prosiguió así:
- Que mientras yo los esté hipnotizando ofreciéndoles villas y castillos… ¡Ustedes le caerán en rapiña! ¡No quiero que nadie se me quede en el aparato! – Silencio espeso nuevamente, pero su líder sin amilanarse por nada ni por nadie, les hacía señas de que todos se aguantaran y esperaran a que él pudiera concluir bien su idea. Todos estaban expectantes. Las fuerzas armadas, estaban muy armadas como para no permitirle a nadie que se escabullera. Todos estaban conocedores de este insignificante dato. Todos obedecieron a su jefe.
- ¡Me explicaré mejor…! ¡Pepillo tú eres mi mejor brazo que tengo disponible! Cuando yo les diga por ejemplo, en una empresa de esas grandes…y estemos en una asamblea de trabajadores…con todos allí reunidos: ¡Yo les prometo…Prosperidad y hasta le aumentaremos el sueldo a cada uno de ustedes…! Pero…Y todo tiene un: ¡Pero! Ustedes tienen que reunirse en una…COMUNA de obreros…En dónde nadie será JEFE… ¡Todos serán iguales! Y solamente a mí es a quién tendrán que obedecer… Caso contrario… ¡Los expropiaré! ¿Qué crees que tendrás que hacer tú?
El pobre aludido, se rascaba la cabeza y no contento con esto, también la barba. Y de repente, se rascaba por todas las partes de su humanidad. Pero aún así… ¡No lograba discernir ese misterio!
- Ppppues… ¡Los jodemos y ya! – Una exhalación de pánico corrió a la velocidad de la luz…todas las miradas convergieron automáticamente sobre el SUPREMO. El cual…solo sonreía. Momento de indefinición. No supieron a ciencia cierta, ni qué hacer…si sonreír…protestar…chiflar… ¿O qué…?
- ¡Al fin entendiste…! ¿No eres tan brutico como pensaba, no? - ¡Y esta era la señal apetecida! Pronto retumbaron los miedos, los terrores, las esperanzas perdidas. Al gesto de agrado de su mayor…el resto lo copió. Ya comenzaban a entender sus señas…
- …Y si siguiendo ésta misma senda… Llegara a un pueblón grande y les ofreciera…por ejemplo: Si votan por mí…les garantizo que les daremos: ¡Toda la comida del mundo! ¿Qué creen que les daríamos…?
- ¡Miércoles…! – Gritaban ya desaforados.
- ¿Y si les ofreciera…Trabajo?
- ¡Les expropiaríamos sus empresas!
- ¡Les expropiaremos sus vidas! ¡Sus hijos, sus mujeres, sus casas…!
(¡Ya todos habían entendido mí Supremo mensaje!  …Tan sólo quedaba afinar…algunos detallitos…unos por acá y otros… ¡Qué bien!) El Gran Pro-Hombre estaba empezando a cimentar su poderío. Era cuestión de hacerse parecer, pero sin serlo. Fingir, tan solamente esto. Las mímicas y las posturas…conquistan muchedumbres… ¿No es que confían en alguien que les da la cara? Pues si esto era lo que tenía que hacer… ¡Ya lo estaba haciendo! ¡Este mundo respeta solamente a los atrevidos! ¿Y él? Era atrevido. Osado. ¡De armas tomar! Triunfaría dónde los tímidos no lo harían. No es cuestión de ser honrado…Hay que parecerlo. Vanagloriarse de serlo. Y amenazar y suprimir a los que lo descubran. Pura apariencia. ¿Total? ¿No es esto lo único válido? Entonces que no se quejen…¡El SUPREMO está indetenible!



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