....Continuamos con: "Cachirulo"


¿En sangre…Será la de alguno de sus tantos muertos?
¿…Pero cuál de ellos, había podido escaparse del infierno…Quién?
Por su memoria, pasaron todos. Pero ninguno…Ninguno podía ser.
¿Quién se atrevería a hacerle esa traición?
¿…Quién…? ¿Precisamente a mí?
Contempló que esos ojos…Eran escalofriantes.
Ni pestañeaban. No se inmutaron ante su presencia.
- ¿Cómo podía ser eso: Ni pestañeaba…Siquiera? ¿Qué bestia podía ser: Una alada o caminaba?
¿…Podría ser acaso: Un Dragón? He leído que son ultras peligrosos…
¿Será grande? ¿Me buscará?
Y lo miraba con mucha insistencia…
- ¿Y por qué me mirará con tanto odio? Yo no le he hecho nada…Aún.
Las oleadas de terror, recorrían su espina dorsal.
Sus piernas, parecían resquebrajársele.
…Y esa mirada…Implacable. Inyectada en sangre.
- …Me odia y me quiere destruir… - Se dijo muy bajito ya que no quería que más nadie que él mismo oyera lo que afirmaba.
Y se le asemejaba, que estaban creciendo y creciendo.
¿De qué tamaño sería ése?
- ¿Y cómo me liquidará? ¿Será que tendré que presenciar mi propia ejecución? – Esto es inconcebible. No podía ser cierto ya que hasta hace unos segundos, se sintió como el dueño y Señor de todos. Su suerte no tenía el porqué variar así de esa forma tan inexplicable e insensata.
Percibió que ya su propio cuerpo, no le obedecía en nada.
Lo intentó con toda su furia…Pero en verdad…Estaba como aprisionado.
Y en esa circunstancia…Era una víctima fácil. (Así no se vale; dame tiempo para atacarte)
Así su enemigo, seguramente que lo decapitaría en el acto.
…Pero…Si su enemigo, veía que ya estaba vencido…
Era cuestión de un tiempo a otro.
Quiso cerrar sus ojos. Y no presenciar su propio fin.
Y no era porque el miedo, lo atenazaba. En verdad, era ese dolor tan grande que estaba sintiendo.
Ese engarrotamiento.
Ese entumecimiento.
Nunca, antes sintió todo esto. Pero en verdad, era muy doloroso.
Pero su terrible enemigo…No ejecutaba ningún movimiento.
Le intrigaba, ese inmovilismo.
¿Por qué no le daba su certero golpe?
¿Por qué no lo cercenaba ya de una buena vez? Que no sea tan cobarde…
¿Asustarme así en este momento en que me encuentro absolutamente solo?
¿Y por qué no me ataca en el momento en que tengo a todos mis hombres, ah?
¿Y si es un Dragón o un malévolo oculto…? ¡Y yo con una navajita y una pistolita!
¿Cómo podría defenderme si me ataca, por ejemplo una gigantesca araña pelúa y malvada?
¿Es esto correcto, ah? ¿Verdad qué no?
Eso no se le hace a un hombre. No es justo ni correcto.
Se prometió a sí mismo, que si salía de ésta…No haría hacer sufrir a su próxima víctima.
Y si me tocara a mí, con gusto le doy todas las garantías de que su muerte será no solamente segura sino que justa. En cuanto a lo doloroso, no puedo dar garantías al respecto.
¡No era justo! ¡Ya acaba conmigo de una buena vez!
¡Es una verdadera cobardía, hacerme sufrir de esa forma!
(“¡Prometo, formalmente…Nunca más haré sufrir a mí próxima víctima!
¡Esto no es Honroso!
A un hombre, siempre hay que darle una oportunidad. Y más si ese hombre, soy yo.
¿Me estás viendo sufrir? ¡Qué valiente que eres!
¡Acaba conmigo ya de una buena vez! Aunque ni te creas que me estás asustando.
¡Yo soy un Dios, en mi mundo! Y no es justo que me hagan sufrir de esta forma.
¡Mátame ya!”)
El valiente jefe  intentó poner su diestra, para recibir el mamonazo de una vez por todas

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